España, sin sobresaltos

Con un equipo alternativo se impuso por la mínima diferencia y ahora jugará con Francia

Sin exigirse al máximo, España derrotó 1 a 0 a Arabia Saudita en Kaiserslautern, se adjudicó el Grupo H con puntaje ideal y fue uno de los equipos que mejor imagen dejó al final de la primera fase del Mundial.

  El conjunto de Luis Aragonés, quien incluyó una formación alternativa dado que estaba clasificado de antemano, se volverá a presentar el próximo martes por los octavos de final ante Francia.

  España quedó en el tope de las posiciones con 9 unidades, seguido por Ucrania con 6 y Arabia Saudita y Túnez con 1.

  Juanito, a los 35’ de la etapa inicial, consiguió el tanto que le dio el triunfo al seleccionado ibérico. Antes y después, el vencedor dominó el juego, aunque en algún pasaje del mismo su modesto adversario emparejó las acciones en base a sacrificio y voluntad.

  De todos modos, el arco defendido por Cañizares recién pasó algún sofocón sobre el final, cuando Khathran malogró una situación propicia para convertir.

  El entrenador español optó por darles minutos al experimentado Raúl, —reemplazado luego por el Niño Fernando Torres—, a la Perla Reyes y al juvenil Cesc Fábregas, aunque a éste lo reemplazó a los 20 minutos del segundo período por Xavi debido a que había sido amonestado.

  El buen criterio en la distribución de la pelota de Fábregas, la precisión en las habilitaciones de Reyes y la agresividad de Joaquín fueron las principales armas en que España basó su sólido dominio.

  España generó una decena de oportunidades en los primeros 45 minutos. Joaquín tiró un par de veces, Reyes otras tantas, Albelda una más, Raúl también. Pero la pelota encontró dos destinos posibles: la tribuna o el cuerpo del arquero Zaid, que tuvo una tarde inspirada.

  El equipo español encontró el gol en una de sus jugadas favoritas, la estrategia, una disciplina que domina y que le está dando beneficios. A 10 minutos del descanso, Reyes ejecutó un tiro libre y Juanito ingresó por el centro para conectar un espectacular cabezazo. Fue el premio merecido a la superioridad española.

  El segundo período fue un monólogo de ataque español, que no concretó más goles por la ineficacia de sus delanteros.

  España volvió a ganar, se clasificó primero y, aún con suplentes, ratificó sus pretensiones de llegar bien lejos.

Juanito celebra el gol de la victoria.