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 domingo, 18 de junio de 2006  
María Belén obtuvo su título y ahora cursa el profesorado
Una estudiante ciega enfrentó la adversidad y ya es psicóloga
La joven, de 26 años y graduada de la UNR, destaca: "La Universidad te da un lugar y nadie te discrimina"

Isolda Baraldi / La Capital

Para que no queden dudas de que no le teme a la adversidad, María Belén Vissani, se recibió de psicóloga y fue el pasado martes 13. "Encima, me habían dado fecha para rendir el 6-06-06 (el conocido como día del demonio), pero no soy supersticiosa ni mucho menos", se ríe la flamante graduada. Tiene 26 años y es no vidente, transitó la carrera y ahora está terminando el profesorado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

"Es importante que sepan que la Universidad te abre las puertas, te da un lugar y nadie te discrimina, que cuando uno tiene deseo se puede alcanzar lo que se quiere", asegura con convicción, y convence.

Vive con su familia en Pueblo Esther y la única dificultad que tiene para movilizarse son las ocho cuadras que separan su casa con la ruta que la trae a Rosario, porque el camino es rural y no tiene veredas. "En Rosario no tengo problema, me traslado sola con el bastón desde que entré en la secundaria", asegura.

Desde niña fue al jardín de infantes común con una maestra integradora, lo mismo hizo durante el preescolar y la primaria. "Fui al jardín común con una complementariedad en una escuela para ciegos. En el secundario decidí que no quería seguir con esa ayuda y sólo lo hice por cosas específicas, como aprender computación", recuerda, y confiesa que cuando cursaba en el Colegio Los Angeles, de Tucumán y España, "en algunas evaluaciones llevaba las hojas de braille y las escondía debajo del pupitre para copiar".

En toda esa etapa no tuvo complicaciones con las lecturas que le hacían sus maestros y padres, y los textos escolares traducidos al braille, pero ya en la facultad fue más dificultosa. "Hay problemas con los libros, no todos están traducidos. Pero después me pude comprar la computadora que lee los discos compactos y entonces pude acceder a las obras completas de (Sigmund) Freud y (Jacques) Lacan, y a cualquier otro libro importante", explica.

La elección de la carrera trajo cierta turbulencia en la familia, porque a Graciela -su mamá- no le gustaba esta profesión y tampoco a su papá Oscar. "Tenían aversión con los psicólogos, pero bueno yo seguí por ese camino", dice haciendo gala de su tesón.

La independencia de María Belén se perfiló desde niña. Lejos de quedarse en la protección familiar, siempre dejó en claro qué quería.

Ahora está embarcada en terminar el profesorado de Psicología, y para eso está realizando las residencias pedagógicas y prácticas. "Es cierto que entrar en las instituciones es un poco más complicado, pero son cosas que se pueden sortear", subraya.

"Entrar en las instituciones es complicado porque el otro no sabe con quién se va encontrar, pero nunca sentí rechazo. Pero es como todo, el otro te tiene que conocer, aunque conmigo se agrega esta dificultad", admite.

Más allá de eso, en su horizonte está casarse con su actual pareja, que ya lleva tres años. "Fecha no tenemos, pero la idea es esa: casarnos y vivir juntos", y una sonrisa le ilumina todavía más el rostro.
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María Belén, la flamante profesional.


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