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 domingo, 11 de junio de 2006  
Un ex director del organismo provincial analiza la inflación
Alfredo Coniglio: "El Indec no debe depender del Ministerio de Economía"
El estadístico se queja porque los índices se usan para medir gestiones y no para tomar decisiones

El presupuesto nacional establece que la inflación anual no debe superar el 12% y para poder cumplir con este objetivo, el gobierno puso en marcha una serie de acuerdos de precios con diversos sectores productivos. Como la inflación de mayó quedó en 0,5%, con lo cual en los primeros cinco meses del año el índice de precios al consumidor acumuló un alza de 4,4%, en el gobierno quedaron todos felices y contentos porque hasta el momento la metodología implementada está dando buenos frutos. Pero al mismo tiempo se desató la polémica: ¿las mediciones de los índices reflejan la realidad a la que se enfrenta un consumidor cuando realiza una compra en el supermercado? ¿Los ciudadanos perciben que el aumento de mayo de los precios de los productos de la canasta familiar fue sólo del 0,5%? Para desentrañar el enigma acerca de qué reflejan los números y para qué son necesarios La Capital charló con el estadístico Alfredo Coniglio.

El ex director del Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) explicó que "los índices deben ser utilizados por los gobiernos para tomar decisiones" pero advierte que hoy en día son tenidos en cuenta para evaluar la gestión de un gobernante. "A nadie le gusta que lo juzguen", destacó.

-¿Qué es un índice?

-Un índice es un indicador de algo que pasa. El índice al consumidor se realiza teniendo en cuenta una base que se establece de los datos de un cuadernillo que se entrega en los hogares para que anoten todo lo que compran. De esos dos mil o tres mil ítems se toman los de mayor frecuencia. Hoy esa base contiene lo que consume un hogar de clase media de Capital Federal y Gran Buenos Aires, que no es representativa de todo el país. Un índice nacional no es muy representativo. No es lo mismo lo que consume una familia de Jujuy, de Tierra del Fuego o Rosario. Los índices tienen que ser regionales, ni siquiera por provincia. Cuando publican el índice de precios de la provincia de Santa Fe están hablando de Rosario y Santa Fe Capital solamente.

-¿Habría que cambiar la base de medición?

-La muestra tiene que ser representativa pero cuesta mucho hacerlo. La base del índice que hoy se utiliza es del 78, con algunas modificaciones en los 80. La metodología dice que la base tiene que ser de un año normal y modificarla cada cinco años pero eso cuesta mucha plata porque hay que volver a encuestar a todas las familias, darle el cuadernillo y verificar que anoten todo bien. El último censo poblacional no se quería hacer porque significaba mucha plata. Dicen que cuando los políticos se enteraron de que a partir del censo podrían saber cuántos diputados más le correspondería por provincia, aceptaron hacerlo.

-¿Para qué sirve un índice?

-El objetivo es tomar decisiones de gobierno, pero desde que se comenzaron a hacer públicos parecen más un examen sobre la gestión de deben aprobar. El gobierno consideró que haciendo algo con los ganaderos se bajaría el precio de la carne. El tema es que los precios mínimos que pusieron en Buenos Aires de alguna manera todavía son más altos que los precios máximos de Rosario. Eso muestra que los indicadores por regiones son diferentes. Además las rebajas son sobre precios de primera línea y, según una encuesta que hice, la gente ya no compra por marca sino por precio. Así que los índices del Indec que se realizan sobre las primeras marcas del año base, hoy no son las que más se consumen.

-¿Son engañosos los números que hoy se muestran?

-Ese es un tema que nunca se va a poder saber. Si modifican los números o no sólo el gobierno lo sabrá. Pero mientras el Indec dependa del Ministerio de Economía se hace difícil. El instituto es un órgano de control y los números deben ser para corregir. Parecería que ese indicador está mostrando si un ministro hizo un buen trabajo o no. Cuando era director del Ipec me llegaban los números del Indec y tenía que decirle a los medios algo ridículo, que era que los aumentos eran por la suba de la papa o el tomate. No me importa cuando aumentó cada uno, me interesa qué voy hacer a partir de acá. Es un número que sirve para tomar decisiones, no para justificar. Pero a nadie le gusta que lo critiquen. Cuando en una Encuesta Permanente de Hogares salió que en Santa Fe había un gran porcentaje de menores de 14 años pobres, hasta el intendente salió a preguntar cómo era eso. Hoy el Ipec es una sucursal del Indec. El estadístico tiene que explicarle a los gobernantes para que sirve la información.

-¿Existe un problema de interpretación de datos?

-Hay un dicho que a mí no me gusta, que dice que hay tres formas de mentir: las mentiras verdaderas, las piadosas y las estadísticas. Uno puede acomodar los datos de la manera que le convenga para que todo dé bien, para eso hay que saber hacer un cuadro. Si manejo las escalas en un gráfico puedo hacer que una curva crezca rapidísimo. Si la variable x la achico o la agrando tiene un crecimiento más suave o se cae más despacio. Hay formas de diagnosticar cosas y hay que explicarle a la gente, instruirla para que tenga cultura estadística.
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El ex funcionario provincial da cuenta de los límites del actual método de medición.

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