Va a prisión después de tres años de ser condenado

Es un comerciante de la zona sur. Lo declararon culpable de homicidio tras la muerte por electrocución de un chico

José Ignacio Vacca, un comerciante que hace unos tres años fue condenado por electrificar un cerco que le provocó una descarga mortal a un chico de 14 años, se presentó ayer en los tribunales para que lo trasladen a la prisión donde cumplirá su pena de 8 años. Al imputado lo sentenciaron a fines de 2003, pero durante los últimos 31 meses la sanción dictada en su contra estuvo suspendida mientras la Corte Suprema de Justicia decidía si revisaba o no el caso. Ahora, el máximo tribunal estableció que el fallo no será reexaminado y Vacca tuvo que regresar al encierro para cumplir, finalmente, su condena.

Cinco años atrás, José Ignacio Vacca era el propietario de una agencia de autos usados ubicada en Oroño al 4500, en la zona sur. El 18 de noviembre de 2001, un chico de 14 años que había llevado a pastar un caballo a ese lugar recibió una fuerte descarga eléctrica y murió tras una penosa agonía. Se comprobó entonces que las instalaciones habían sido electrificadas mediante una precaria conexión por parte de su dueño, ante el temor de sufrir robos.

El joven muerto se llamaba Angel Ramón Juan. Era uno de los siete hijos de Francisco Juan, un hombre que vivía cerca de allí con su familia y se dedicaba al cirujeo. Angel lo ayudaba con el cuidado de los caballos. Los Juan eran conocidos del comerciante, quien incluso les había dejado un animal para que se lo cuidaran y les pagaba por ello. A tal punto era habitual que los animales pastaran en la propiedad de Vacca, que la familia Juan tenía una llave del lugar. El día del hecho, Angel quiso entrar al predio para darle de comer a un caballo. Pero recibió una descarga eléctrica que le causó la muerte. Siete meses después, en junio de 2002, Vacca fue detenido por realizar la casera conexión de cables en aberturas y paredes para evitar robos.

Al año siguiente, en noviembre de 2003, el juez de Sentencia Julio Kesuani lo condenó a 8 años de prisión efectiva como autor de un homicidio simple. Para el juez, Vacca cometió un crimen por "dolo eventual", es decir que no tuvo la intención directa de matar a alguien pero que pudo suponer ese resultado al electrificar su propiedad.

El dictamen luego fue apelado e intervino la Sala III de la Cámara Penal. Ese tribunal, en un fallo dividido, confirmó la sentencia en contra de Vacca con los votos de los camaristas Elena Ramón y Ernesto Navarro. El juez Otto Crippa García, en cambio, votó en disidencia porque pretendía que al comerciante lo acusaran de homicidio culposo, es decir, de un crimen no intencional.

Hasta ese momento el comerciante llevaba un año y nueve meses preso. Pero su abogado presentó un recurso cuestionando la sentencia porque, a su criterio, era inconstitucional. El planteo sostenía que se había producido una "deficiente valoración de la prueba" y que, por lo tanto, la causa debía ser remitida a la Corte Suprema. Ante las opiniones divergenes que había generado el caso, los jueces de la Sala III estuvieron de acuerdo.

Como la causa llegó al máximo tribunal con el aval de los camaristas se suspendió la pena de prisión, por lo que Vacca recuperó la libertad a la espera de un veredicto definitivo. Pero el 10 de agosto del año pasado la Corte declaró "inadmisible" ese recurso por cuestiones formales. Pasaron otros ocho meses hasta que, la semana pasada, la decisión de la Corte fue notificada a los camaristas para que dispusieran la detención de Vacca. Como la condena a 8 años de prisión volvió a cobrar vigencia, Vacca se presentó ayer en Tribunales y quedó nuevamente detenido.