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 sábado, 06 de mayo de 2006  
Sin piedad. Un trío de asaltantes irrumpió en una parroquia de alvear al 400 en pleno oficio religioso
Robaron pertenencias de fieles y religiosos en plena misa
Unas ocho personas tuvieron que tirarse al piso ante los ladrones. Se llevaron billeteras, celulares y alhajas

La misa en la capilla de Alvear al 400 estaba a punto de comenzar. Dos monjas del Instituto de las Siervas de Jesús, un puñado de fieles y el cura párroco se disponían a participar de la celebración religiosa. Pero tres delincuentes quebraron la paz que reinaba en el pequeño reducto a primera hora de la mañana de ayer y pretendieron ingresar a las oficinas de la congregación. Todos los presentes terminaron tirados en el piso boca abajo y tuvieron que entregar sus pertenencias (celulares, billeteras y anillos). Fue un escaso botín, pero los delincuentes zafaron en la oscuridad que aún cubría la mañana.

"Gracias a Dios no pasó nada. Sólo fue un susto", contó la hermana María Socorro García, española, y una de las monjas que presenció y fue víctima del asalto. Ocurrió cuando el reloj daba las siete de la mañana y todo estaba dispuesto para la primera misa del día. El Instituto de las Siervas de Jesús, cuya sede central se encuentra en Bilbao, España, dirige una residencia para ancianas y está radicada en Rosario desde 1937.

Además de la sede la congregación y las instalaciones destinadas al hogar para personas mayores, pegado al inmueble se encuentra una pequeña capilla, a la altura del 432 de Alvear, entre Tucumán y Urquiza. En ese templo todas las mañanas, a las 7, se imparte la primera ceremonia del día. "Eramos siete u ocho personas. Estaban el padre Marcelo, dos hermanitas de la congregación, entre ellas yo, y muy poca gente de público", señaló la monjita a La Capital con un inconfundible acento ibérico.

"Vi que un hombre entró corriendo a la capilla, pero que en vez de sumarse a quienes nos preparábamos para la misa enseguida se introdujo hacia la casa parroquial. Lo primero que hice fue gritarle y dirigirme hacia ese lugar porque me di cuanta que se metía ahí para robar", sostuvo la religiosa mientras efectivos policiales interrogaban a otras hermanas.

Luego, otros dos hombres, todos con la cara descubierta y de unos 30 años de edad, aparecieron en el templo e hicieron tirar al piso a todos los presentes.


Unos pocos minutos
Con la situación dominada, uno de ellos fue detrás del primer maleante hacia la casa parroquial y tomó del cuello a la hermana María Socorro obligándola a tirarse al piso. "Pedían permanentemente el dinero. Habrán pensado que este lugar estaba lleno de billetes, pero se equivocaron o tenían un dato falso. No nos golpearon, pero a mí me tomaron del cuello y me amenazaron de muerte para que les diera la plata", recordó la monja.

El atracó duró unos pocos minutos. "Cuando seguían buscando y preguntando por la plata, apareció el tercer asaltante que impartió una orden: dijo vamos, vamos. Y se fueron", concluyo María Socorro.

Los ladrones despojaron de todas sus pertenencias a religiosos y feligreses presentes. Celulares, billeteras, anillos, entre otros objetos, conformaron el magro botín de una mañana que para los maleantes empezó sin pena ni gloria. Al parecer no hubo testigos de la fuga por lo aún no está claro si los ladrones huyeron a pie o en algún vehículo que los aguardaba en la zona.

Hasta anoche, la policía no tenía pistas firmes para dar con los autores del hecho, como tampoco tenía datos de si algún cómplice los esperó en las inmediaciones del templo para llevarlos a un lugar seguro.
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La hermana María Socorro fue una de las víctimas.


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