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 sábado, 29 de abril de 2006  
Al acecho. Segundo golpe de piratas del asfalto en 48 horas en autopistas de la provincia
Frenan a tiros a un camión y roban la carga de $500 mil
Fue en Alvear. Los vigiladores iban en un auto que pararon los maleantes. Luego abordaron el transporte con amortiguadores y se lo llevaron. Al chofer y sus escoltas los liberaron en Nuevo Alberdi. La carga no apareció

Una banda de piratas del asfalto dio un audaz golpe en plena autopista Rosario-Buenos Aires. En un operativo digno de una película de acción, los hampones primero redujeron a fuerza de disparos intimidatorios a los dos custodios que se desplazaban en un auto unos metros atrás de la carga. Después fueron por el camión, que estaba cargado con amortiguadores, y también controlaron al chofer. Todo terminó con las tres víctimas liberadas en un descampado de Nuevo Alberdi. El tractor del camión apareció en barrio 7 de Septiembre a las pocas horas del episodio. Pero el semirremolque con la carga, valuada en 500 mil pesos y no cubierta por una aseguradora, anoche permanecía no ubicado.

Fue la segunda irrupción de asaltantes de caminos por la región en 48 horas, dado que el miércoles a la tarde el chofer de un camión cargado con combustible denunció la sustracción a mano armada de su vehículo en Santo Tomé, ciudad vecina a la capital provincial (ver aparte). El nuevo robo ocurrió anteayer a las 21.15 sobre el carril norte-sur de la autopista a Buenos Aires, pocos kilómetros antes de la planta de General Motors, en jurisdicción de Alvear. El chofer que denunció el asalto se llama Pedro Fernández, de 31 años, quien manejaba un Mercedes Benz 1517 con semirremolque cargado con amortiguadores para autos marca Fric-Rot. Según fuentes policiales, el transporte contaba con un servicio de custodia privada con dos hombres armados arriba de un automóvil, que viajaban pocos metros atrás del camión.

El camión y su guardia partieron de la empresa For Sap, ubicada en Godoy y Provincias Unidas. Los primeros en ser asediados fueron los vigiladores José Luis Reyes y José Díaz, empleados de la empresa El Escorial de Buenos Aires. Iban en un Fiat Duna a unos metros por detrás del camión. En un momento dado, tras pasar el arroyo Saladillo, apareció en escena un auto con dos o tres ocupantes. Desde ese vehículo "dispararon cinco veces e hicieron señas como para que se tire a la banquina", indicó una fuente de la investigación.

Con el Duna detenido, Reyes y Díaz fueron obligados a subir al coche en el que se desplazaban los hampones. A todo esto, el camionero no se había percatado de nada extraño, según contaron voceros policiales. Es decir no vio a los delincuentes ni tampoco escuchó los disparos intimidatorios que éstos efectuaron. Los vigiladores declararon que no pudieron notar con exactitud a qué autos los subían, a las vez que les quitaban las armas: una pistola automática y una escopeta.


Empieza el paseo
Minutos después, y con los hombres de seguridad reducidos adentro del coche, los delincuentes salieron en busca del camión, al que alcanzaron cerca de la planta de General Motors. El procedimiento fue el mismo. Una vez que el auto se puso a la par del rodado más pesado, los delincuentes exhibieron armas, pero no dispararon. Así lograron que el transportista también se detuviera al costado del camino.

Lo introdujeron en el mismo auto en el que llevaban a los vigiladores. "Estuvieron los tres juntos durante una parte del trayecto. Después de unos minutos fueron separados. Los custodios, por un lado, y el camionero por otro", describió un oficial de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II, que lleva adelante las actuaciones con conocimiento de la jueza de Instrucción Carina Lurati.

"Todo terminó en Nuevo Alberdi. Tanto el chofer como los dos vigilantes fueron liberados en un descampado, prácticamente en la zona rural. Sanos y salvos", comentó el portavoz de la pesquisa. Pocas horas después apareció el tractor del camión en barrio 7 de Septiembre. Pero no había novedades con respecto al paradero de la carga. Las tres víctimas estuvieron varias horas declarando en la Jefatura de la Unidad Regional II.

Los investigadores posaron su atención sobre una extraña situación ocurrida con el sistema de rastreo satelital del camión que, en apariencia, no funcionó. Cuando el atraco ya se había producido, el centro de monitoreo detectaba que el camión estaba detenido aunque, según la policía, se encontraba en tránsito por la zona de Rosario. "El satélite localiza el vehículo con un margen de error de veinte metros. Este camión aparecía parado en el cruce de la A-012 y ruta 21 desde las 21.15 de ayer. A esa hora, en realidad, no estaba allí. Estaba en movimiento dado que contamos con indicios de que circulaba en Rosario", dijo el portavoz del caso, para quien era imprescindible un control minucioso de tiempos para despejar la incógnita.
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El camión fue retenido cerca de la General Motors.

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