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 sábado, 29 de abril de 2006  
Jardinería- resiembra
Césped siempre verde

Existe una técnica denominada resiembra de otoño que consiste en la instalación de un césped adicional sobre la carpeta original en latencia. Este césped adicional termina su ciclo en primavera y se produce la transición al césped original que reinicia su actividad ante la presencia de temperaturas más elevadas.

Los céspedes, en líneas generales, son especies de clima cálido y ante la llegada del frío entran en una fase de latencia desmejorando notablemente su aspecto. El inicio de este período depende fundamentalmente de las condiciones climáticas, por tal razón no tiene una fecha predeterminada para manifiestarse, no obstante, las carpetas verdes pierden belleza a partir de las primeras heladas.

Con la llegada a la Argentina de los técnicos de la USGA (United States Golf Asociation), que a partir de la década del 70 fueron traídos por la Asociación Argentina de Golf, comenzó a ponerse en práctica esta técnica sobre greens de bermuda. Esta modalidad luego se extendió a otros campos deportivos, llegando finalmente a parques y jardines.

Es importante diferenciar una siembra a mano de pastos rurales sobre el césped, de una resiembra correctamente realizada: los resultados son significativamente distintos.

Habitualmente se cree que esta práctica casera nos dará el verde que esperamos y probablemente el resultado será un césped que nace por manchones, desmejorado, que no satisface expectativas.

Para obtener buen césped de invierno tenemos que considerar los siguientes factores:

  • Labores culturales previas: es primordial lograr un buen contacto de la semilla con el suelo para obtener una germinación efectiva. En realidad la resiembra comienza con el manejo del césped original de verano. En verano se tiene que llevar a cabo un plan de mantenimiento del césped original. Entre otras labores se debe controlar malezas, fertilizar, corte vertical con el objeto de controlar el tatch (capa de materia orgánica en descomposición que se encuentra entre el suelo y el cuello de las plantas de césped), aireación y top dressing.

  • Preparación de la cama de siembra: comienza con la reducción de la altura de corte sin producción de escalpeladuras que afecten la acumulación de reservas por parte del césped de verano. Si es necesario, se procederá a la apertura de la trama, rastrillado del residuo del corte y retiro de hojas provenientes de árboles, arbustos y cualquier otro material que interfiera la llegada de la semilla al suelo.

  • Técnica de siembra: utilizar maquinaria específica (de gravedad o centrífuga) que asegure buena distribución de semillas, y respete la densidad de siembra recomendada para cada variedad, blend o mezcla elegida.

  • Calidad de semilla y elección de variedades: generalmente no se presta demasiada atención a este aspecto, sin embargo constituye un factor decisivo para tener buen resultado en la implantación.

    Los avances de la genética vegetal han permitido la obtención de céspedes invernales a partir de selección y mejoramiento, adaptados a cada caso en particular. Igual importancia reviste la calidad de la semilla elegida y en esto el proveedor cumple un rol principal.

    Semillas de buen poder germinativo, vigor y pureza físico-botánica aseguran gran parte de la implantación de la resiembra invernal. Cada espacio verde tiene una particularidad que debe tenerse en cuenta para elegir la especie, variedad o si se va a trabajar con blends o mezclas. Blend es la mezcla de variedades de una misma especie y mezcla se considera la combinación de dos o más especies diferentes.

  • Fecha de siembra: una resiembra muy temprana, cuando el césped de verano se encuentra aún en plena actividad, redunda en competencia hacia el césped recién sembrado, por el contrario, una fecha demasiado tardía demora la germinación y el establecimiento acortando los períodos de uso del espacio tratado.

    Técnicamente el momento ideal para la resiembra es cuando el césped original (por ejemplo, bermuda), comienza a acumular reservas en sus rizomas (entrada en latencia). Prácticamente este proceso se da aproximadamente 45-60 días antes de que se produzca la primera helada. Como es obvio suponer, esto varía por región.

  • Densidad de siembra: es la cantidad de semillas a incorporar por metro cuadrado. Esta variable dependerá de la especie y espacio verde considerado (jardín, campo de golf, fútbol, etcétera).

  • Fertilización: es recomendable una de arranque para colaborar con la implantación y desarrollo posterior.

  • Top-dressing: la técnica consiste en la distribución de una capa fina de material (arena de granulometría clasificada preferentemente u otro material según sustrato original) sobre la semilla, de manera de cubrirla para mejorar la condición de germinación. En ciertos casos puede no hacerse. Esto indica que la decisión dependerá de la condición particular del espacio a tratar.

  • Rastra y rolo: el pasaje de una rastra de alambre o implemento similar más un rolado liviano mejoran considerablemente la germinación.

  • Riego posterior: es necesario asegurar la provisión constante y bien distribuida de agua en todo el sector sembrado. El objetivo es humedecer la semilla para estimular la germinación sin producir charcos. A su vez el agua colabora para mejorar el contacto semilla-suelo.

    Es importante contar con riego durante el ciclo de crecimiento dado que si se dan sequías invernales y no se riega, el césped de invierno desmejora intensamente su calidad.

  • Primer corte: el primer corte es relevante una vez lograda la carpeta y hay que poner mucho cuidado en su realización. Para realizarlo debe esperarse a que las especies se encuentren bien ancladas y superen por lo menos el 60% de la altura normal de corte recomendada para la especie elegida. La altura del primer corte no debe remover más del 30% del área foliar de la planta. Los cortes posteriores deben ir disminuyendo la altura en forma gradual hasta alcanzar la indicada para la especie, mezcla o blend elegido.

    Si bien no es frecuente en jardines, cabe aclarar que el mejor corte lo producen máquinas con órganos de corte helicoidal versus las de corte rotativo presente en la mayoría de las cortadoras de césped para jardín.

    Así como las plantas los céspedes requieren de un buen mantenimiento posterior (fertilización, control de hongos, malezas e insectos).

    Es frecuente escuchar que para obtener espacios verdes de calidad es necesario implementar técnicas de aplicación dificultosa o que resultan muy costosas. Para cada caso siempre existe una solución que mejora la situación actual y no siempre resulta más onerosa, es cuestión de decidirse a cambiar.

    Consultas y más información en

    www.fusteryasociados.com.ar



    Textos: Luis Fuster (ingeniero agrónomo), Gabriela Rinesi (diseñadora de espacios verdes) y Marcelo Serra (paisajista)
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