Puede soñar

Newell's debutó con un triunfo

Mauricio Tallone / Ovación

Lo mejor que le pudo pasar a Newell's fue arrancar el campeonato con una victoria. En ese aspecto no hay muchos secretos. Es que cuando se inicia un camino, los triunfos siempre encandilan lo suficiente como para hacerle la vista gorda a otras cuestiones de forma y de fondo. Ese fue el gran capital rojinegro en la noche de la presentación. Consiguió un éxito oportuno y con dos golpes de efectos suficientes, porque los gritos de Scocco conformaron un plato indigerible para este Quilmes de comienzo tambaleante. Entonces, el 2 a 0 resultó un acto natural.

Si Newell's no halló antes el hueco que apareció a la hora de masticar el juego fue porque recién encontró el oportunismo en el segundo tiempo. Fue cuando Ortega se dedicó a terminar la obra que había iniciado a los 2 minutos, cuando un remate suyo obligó a la gran estirada de Ramírez. Precisamente para romper el equilibrio, Newell's se valió de esta renovada versión del Burrito. El equipo empezó a jugar bajo la injerencia de sus gambetas. Fue una amarra para sus compañeros, sobre todo para Belluschi y Gavilán, y el ancla que progresivamente hundió a Quilmes.

Del resto se encargó la tibieza del rival. Es que su proyecto de entablar un partido más o menos parejo duró hasta que Newell's se dio cuenta que debía aprovechar el criterio del paraguayo Gavilán para desajustar marcas y la contundencia de Scocco. Un planteo tan cauteloso que condenó a Carrario y Diego Torres, dos delanteros movedizos que sólo complicaron con alguna jugada aislada, pero enseguida cayeron en el desánimo al advertir lo poco que lo acompañaban.

Newell's fue la contracara. Porque si bien Scocco quedó prisionero de una paradoja ya que fue el que menos se plegó al talento de Ortega en ofensiva, su aporte resultó decisivo. Participó de tres oportunidades de gol y sacó provecho en dos.

Luego de la ventaja, Newell's se calzó el traje de fajina y contó con varios peones calificados. Además Ortega se tomó un descanso y el equipo quedó en evidencia. Por eso Pumpido utilizó los ingresos de Cejas, Formica y Rivera para oxigenar el traslado y aletargar el ritmo. Sólo hubo tiempo para una tapada de Villar a Caneo y una jugada de Belluschi que pudo haber mejorado su actuación.

De todas las responsabilidades que debía asumir, Newell's cumplió con la de ganar. Justamente la que siempre resulta ineludible para subir al escenario de la confianza y la tolerancia de su gente. El primer renglón del Clausura lo escribió con las letras del triunfo y en este tipo de circunstancias no hay muchos secretos. Hay que sembrar el camino con resultados como el de anoche.

Fue la noche de Scocco: hizo los dod goles.