Opinión

El Mundial de Grondona

Luis Alberto Yorlano / Especial para La Capital

Ya están todos los clasificados para Alemania 2006. El 9 de diciembre se hará el sorteo y después habrá que esperar el 9 de junio, fecha de inicio del Mundial. Argentina es una de las selecciones candidatas al título. También lo fue en la previa de Corea-Japón. Y terminó en una hecatombe futbolística. Pero pese a todas las críticas a Marcelo Bielsa, el presidente de la AFA, Julio Grondona, ante la sorpresa de todos y por primera vez después de no conseguir nada, le renovaba el contrato. Hasta hoy no hemos podido dilucidar cuáles fueron los elementos tenidos en cuenta por el titular afista. Muchos medios especializados seguían bombardeando al introvertido conductor táctico y sólo quedaba por esperar cómo le iría a la selección en los Juegos Olímpicos de Atenas. El oro era lo único que salvaría al técnico. Y fue así. Se trajo el oro y se instaló una polémica. Después de meter a la selección en Alemania 2006, Bielsa le dijo gracias por todo y se refugió en su campo de Máximo Paz, dejando secuelas que aún hoy persisten en nuestro seleccionado.

La negativa de Bianchi, el candidato de la gente, puso en un camino complicado a Grondona. Después se decidió por Pekerman. La gente llenó la cancha en el primer partido que le tocó jugar bajo su conducción. Eso era para demostrarle a Bielsa que no lo querían y que ahora comenzaba el proceso de la selección de todos. Muchos hombres de prensa, como es costumbre, se subieron al carro de la victoria. Hoy algunos de ellos no saben cómo bajarse. El romance terminó muy pronto.

En una charla de amigos, Carlos Bilardo, el técnico campeón del mundo en México, dijo que algo andaba mal en la selección y explotó la bomba. Después aparecería en escena Maradona y la bisagra se produce frente a Inglaterra, partido que pierde sobre la hora y otra vez lo colocan al técnico en el centro de las críticas. ¿Pero qué llevó a este grado de confusión con respecto a la conducción?

Es fácil de explicar. Aunque los protagonistas lo nieguen. A pesar de los velos que depositan sobre la confrontación menottistas y bilardistas, esta sigue teniendo gran vigencia y son los jugadores que fueron partícipes en los mundiales de México e Italia, y cercano a Bilardo, los que están pidiendo cancha. Y estos no disgustan a Grondona. Por eso cuando renunció Bielsa, desde la AFA apuntaban a Jorge Burruchaga y Miguel Angel Russo, siempre para el "por si acaso", con la conducción general de Pekerman, de buena llegada al presidente de la AFA.

Cuando se enteraron periodistas de algunos medios importantes y reconocidos antibilardistas de lo que se estaba gestando y de los nombres que se manejaban, comenzaron a operar contra este proyecto.

Preocupado el departamento de selecciones nacionales, buscaron un técnico sin compromisos con esta vieja polémica del fútbol argentino. Y ahí estuvo Pekerman. Pero la poca respuesta futbolística reciente complicó la situación. Ya estamos en la manga del avión que nos llevará a la Copa de Mundo. No debe haber técnicos que quieran hacerse cargo de esta situación ahora. Grondona lo sabe y estará muy atento a los acontecimientos. En este Mundial de Alemania el presidente afista tiene mucho que perder.