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 domingo, 20 de noviembre de 2005  
El cantautor habla sobre su regreso a los escenarios después de su enfermedad
Serrat: "El tiempo es poder aprender y equivocarse, sin eso no sería nada"
El catalán, que se presenta el próximo fin de semana en Rosario, confesó que disfruta su nueva vida

Rodolfo Montes / Escenario

Sereno, astuto, tolerante y en vibración poética como en sus mejores tiempos, Joan Manuel Serrat llegó a la Argentina dispuesto a hundir otra huella, y para siempre: la de sus mejores canciones. "Serrat 100 x 100", su nuevo espectáculo, está siendo presentado en Buenos Aires, y luego rodará por Mendoza, Córdoba, Rosario, Salta y también Montevideo. El nuevo show, intimista, con las canciones "apenas vestidas en ropa interior", contrasta con la última propuesta musical de su gira anterior, que coqueteaba con los sonidos sinfónicos.

A cien metros de la Plaza de Mayo, en el hotel donde se aloja, Serrat habló con Escenario de este momento especial de su vida, el de la recuperación de un cáncer de vejiga, que lo tuvo casi dos años ocupado. "El tiempo es siempre un enigma, y hoy lo que realmente me interesa, en el día a día, es cómo utilizo el tiempo que me queda en la vida, dónde me ubico, qué proyecto tomo o dejo de hacer, si me muevo o me quedo quieto", definió el Nano, hurgando en los sentidos más íntimos de la vida "nueva" que empezó a gozar cuando, después de un largo padecimiento, se sintió curado.

-¿Una gira intensa como la que se viene habla por sí sola de tu recuperación física?

-Es claro, para llevar adelante la gira que haré en la Argentina es necesario tener una salud más que aceptable, y eso es lo que estoy disfrutando en estos momentos. La parte más complicada de enfermedad la superé. La recuperación ha sido rápida y satisfactoria, tengo conmigo una nueva vida.

-¿Esta nueva vida implica una nueva relación con lo artístico, otra intensidad, otra sensibilidad, incluso con los amigos, que sabemos tenés varios y muy buenos en la Argentina?

-Sí, pero desconozco si es por el incidente de la enfermedad o por la sensatez del paso del tiempo. El tiempo mengua y los amigos están ahí. A ellos también le pasan cosas. Ahora tengo la necesidad de aprovechar de la mejor manera posible el paso del tiempo. Ahora privilegio los contactos personales. Después de lo que me tocó, aprendí que lo más valioso es encontrar a alguien que pueda ayudarnos a superar los miedos, porque ese no es un buen camino.

-¿Y con el trabajo?

-Otro tanto. Uno tiene cierta ansiedad de contar cosas que queden por contar. Tal vez con 40 años menos esto no importaba. La juventud se hace de inmediateces y no se valora el gasto del tiempo.

-Siempre te recibió muy bien el público argentino, pero esta vez, en los primeros shows, tuviste un recibimiento conmovedor, a modo de homenaje, ¿cómo lo viviste?

-No me gustan demasiado los homenajes, en especial porque podrían filtrar la idea de que estoy anticipando mi retiro, cuestión por la cual no tengo ningún interés. A los homenajes los tomo con cariño y los coloco a un costado, para que no impidan mi proyección como artista.

-En este shows volvés a las canciones de toda la vida, ¿cómo fue recuperarlas?

-A las canciones las recupera la gente, no alcanza con los esfuerzos que haga el autor por recuperar los temas. Esta vez presento las canciones con poca vestimenta, casi diría en ropa interior. Eso obliga a que todo sea muy delicado, muy limpio, a un trabajo muy preciso sobre cada tema. Luego, tal vez, se alcance una gran intimidad con el público, una magnífica atmósfera. Los que escribimos canciones buscamos encontrar la palabra justa para transmitir la conmoción, y eso es difícil. En el camino hay que pelearse con muchas palabras, pero ese es también el camino de la gloria de la canción. Acercarse a ese propósito es lo que le da sentido a este oficio.

-¿Hasta dónde puede llegar la búsqueda de lo sublime en una letra o en una música?

-A los límites no los conocemos. O porque el artista es torpe y lo desconoce, o porque el artista es siempre capaz de ir más allá. Por lo que fuera, los límites no se conocen jamás y en algunos casos, como la bola en la mesa de billar, uno golpea en la bandas y termina en cualquier otro sitio.

-¿Qué cambió del Serrat de principios de los setenta y el actual?

-Llegué a la Argentina hace 37 años. Las diferencias entre aquel momento y este, espero, sean muchas. Y también las esencias, lo que mantuve. El tiempo es la posibilidad de aprender y de equivocarse. Sin el paso del tiempo esta historia no sería nada. Y espero haberlo usado para darle sentido a la vida. Yo debería estar satisfecho, y no por lo que hice en esta vida, sino por lo que me ocurrió en la vida.

-¿Cómo tomás hoy el episodio que te tocó vivir y qué implica hacia el futuro?

-Cuando apareció la enfermedad, y luego el tratamiento, la operación, la recuperación y demás etapas -casi dos años-, estuve tan metido en mi pelea con esta historia, y en mantener una relación tranquila con mi entorno familiar, que siempre pensé que nada se había modificado en mi vida. Incluso, 15 días después de la operación dije que me sentía igual que antes. Pero eso no resultó cierto.

-¿Qué descubriste?

-Se me fueron aclarando ciertos conceptos y puedo decir que mi vida es otra. Y no estoy hablando de la idea de que la vida es todo los días una nueva vida. Eso, desde luego.

-El público te recibió de manera especial este año, ¿ dirías?

-Si hubiera alguna actitud del público distinta respecto de mí, a propósito del episodio de mi enfermedad, como silencios especiales o subrayados de ciertos comentarios míos, sinceramente no me ayudaría, y creo que no los ayudaría a ellos tampoco. En la vida suceden accidentes, y todos estamos envueltos en esta historia. Yo creo que son episodios que hay que superar rápidamente. Esto fue una accidente, se superó, yo digo "¡qué suerte!, tira pa'lante". Ahora otras cosas van a ocurrir, y será de esas cosas de las que nos tengamos que ocupar.

-¿Qué te lleva a seguir escribiendo canciones?

-Para que mis hijos y mis nietos sepan quién soy. No creo que las canciones puedan cambiar el mundo, simplemente tal vez sirvan para acompañar los cambios. Pero para nada más. La canción es mi oficio, algo muy importante, que debe tener sentido. La canción es algo complejo, es bastante más que la suma de la palabra y la música.

-¿Entre tantos posibles proyectos, cómo elegís en cada momento hacia dónde inclinarte?

-En mis elecciones artísticas y de vida normalmente tengo claro hacia dónde no debo ir, y no mucho más que eso.
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Serrat repasará los clásicos de su carrera en los tres shows que brindará en El Círculo.

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