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 domingo, 20 de noviembre de 2005  
Mercados
El Banco Central es el único que desea dólares
Las expectativas de inflación llevan a los inversores a concentrarse en instrumentos nominados en pesos

Salvador Di Stéfano

Néstor sigue teniendo consigo una alta dosis de suerte. El contexto internacional se distendió, la tasa de largo plazo tuvo un fuerte retroceso y los capitales volvieron a salir en busca de altas rentabilidades en los mercados emergentes.

En este escenario la Argentina fue receptora de fondos que se volcaron masivamente a la especulación y el Banco Central República Argentina (BCRA) adquirió más de 180 millones de dólares contra emisión de pesos. Salvo el Estado, nadie desea poseer dólares y los especuladores buscan inversiones en pesos ajustadas por CER. Como daría la impresión que los bonos de estas características ya subieron demasiado podría ser el momento de una fuerte suba de las acciones.

El día miércoles se conoció en Estados Unidos la tasa de inflación del mes de octubre, que fue de sólo del 0,2%. Consecuentemente con esto, la baja en el precio del petróleo y la mejora en la productividad de la economía americana alientan a pensar que la inflación estará controlada. En Argentina, las consecuencias de lo que ocurrió en el exterior se observan con el fuerte ingreso de capitales. El BCRA adquirió en la semana 180 millones de dólares. Es el único actor de mercado que desea dólares ya que los especuladores se desprenden de la divisa para especular en pesos.

Si se miran los instrumentos existentes, se podría decir que hay pocos productos en dólares. Es más si se analiza el endeudamiento del BCRA, a través de la colocación de letras y notas denominadas Lebac y Nobac, están nominadas mayoritariamente en pesos. No existe atractivo para tomar instrumentos nominados en dólares por parte del mercado. Cuando el gobierno emitió el Boden 2015 tuvo que recurrir a países amigos o entes autárquicos del gobierno para colocar estos títulos buscando un sobreprecio por que el mercado los desechaba.

La razón de no tomar instrumentos en dólares es que el gobierno ha dado una clara señal de que el tipo de cambio seguirá en torno de los valores actuales y que existe la sensación de que la inflación no está controlada.

El gobierno viene mostrando superávit gemelos. Los dólares que exceden de la balanza comercial los compra con los pesos que exceden del superávit fiscal y lo que falta emite y acumula dólares en las reservas.

Esa emisión constante y permanente, más una serie de problemas estructurales no resueltos, hace que lentamente el gobierno haya convalidado una tasa de inflación estructural del 1% mensual, a la cual habría que agregarle problemas puntuales que podrían sobrevenir en determinados meses del año, que lleven a una inflación del 15% al 18% anual para el año 2006. Como se nota, en función del atraso salarial y de las tarifas energéticas, cambiamos la banda del pronóstico respecto a la inflación esperada para el año próximo, aumentándola en 3%.

Esta proyección, en relación al rendimiento de los bonos en el mercado, dará una tasa estrafalaria. Por ejemplo, en el día de ayer el Banco Francés emitió un título en pesos ajustado por inflación con un plus del 4,3% anual. Si en el año 2006 la tasa de inflación está en el piso de la banda que pronosticamos, este bono tiene un rendimiento esperado del 19,3% anual. Implica un rendimiento equiparable a cuatro veces el que se obtiene en dólares en un país desarrollado. Como el gobierno asegura tipo de cambio fijo, desde el exterior salen camiones con inversores y dólares para colocar dinero en pesos en Argentina.

Este boom financiero que está viviendo la Argentina lo hace a espaldas de la economía real que a contrario de lo que sucede en materia financiera se perjudica y empobrece con el persistente avance de la inflación.


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