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 domingo, 13 de noviembre de 2005  
Tierra de carrovelas
El barreal blanco, en San Juan, tiene las cualidades óptimas para explotar sus particularidades geológicas. Por su ubicación y clima cobija un observatorio de investigación internacional

Paola Irurtia / La Capital

El Barreal Blanco es una curiosidad geológica, una enorme depresión sedimentaria ubicada en el departamento de Calingasta, al norte de la provincia de San Juan. La superficie increíblemente lisa del suelo la vuelve una espectacular pista para el carrovelismo, un deporte que se practica sólo en este lugar del país, rodeado de montañas y con un clima que asegura 300 días de cielo despejado. Con ese acceso al cielo, el observatorio más renombrado de Sudamérica, conocido por el lugar donde se encuentra, la Pampa del Leoncito, se instaló en ese rincón de San Juan para recibir a investigadores de todo el mundo.

El suelo liso y compacto de Barreal es un antiguo lago que se secó y hoy recibe el agua escurrida de las montañas que lo circundan. Quienes lo visitan aseguran que el suelo semeja una superficie de yeso, resquebrajada en una pareja red de polígonos que permite deslizarse mejor que en la ruta más nueva. Su superficie, de 14 km de largo y 5 de ancho, casi no tiene declive. Cada año, las lluvias lavan y alisan de nuevo el suelo, constantemente azotada por vientos. El más frecuente es el cordillerano, que los lugareños bautizaron "el conchabao", porque llega todas las tardes. Pero el más fuerte es el que sopla desde el sur y alcanza velocidades entre los 60 y 80 km por hora.

Todo el valle de Calingasta -a 180 km de la ciudad de San Juan- tiene la vigía permanente de dos moles de roca que acompañan al viajero: el cerro Mercedario, de 6.700 metros de altura, y el Aconcagua, que roza los 7.000.

Con ese marco creció Barreal, una villa que se desarrolló junto al turismo natural y aprovechó los ríos y montañas para facilitar los paseos a los visitantes, a pie o caballo, en gomones para raffting, y con los carrovelas.

El sitio es elegido desde hace años para los campeonatos nacionales e internacionales de carrovelismo. El récord mundial lo logró en 1986 Jaime de Lara, un sanjuanino que alcanzó 137 km por hora sobre su triciclo. De Lara, campeón en media docena de oportunidades, fue el primer argentino en competir en el plano internacional, en Alemania, dos años después de haber logrado las palmas en su tierra. El carrovela es un chasis triangular que se apoya sobre tres ruedas y tiene una vela semejante a las mayores de los veleros. Manejarlo exige una destreza que no es difícil de obtener con cuidado, y es una tentación para los visitantes. Los conductores deben llevar un casco para protegerse del golpe de la botavara donde se sujeta la vela, que se dirige con un cabo llamado escota. Con el empuje del viento, el vehículo puede andar de 80 a 100 km por hora.

Pero para los principiantes, es mejor comenzar los días con menos viento. Los carros se pueden alquilar en las cabañas y complejos turísticos de la zona, que viven entre la agricultura y el turismo que despierta la rareza de su suelo y el deporte que estimulan estos curiosos vehículos.

El desplazamiento de los carros con las velas de colores desplegadas en ese río de arcilla blanquecina entre montañas es de un fuerte impacto visual. La Pampa del Leoncito cobija otro atractivo único: el observatorio. Su ubicación privilegiada y los 300 días de cielo despejado vuelven al sitio de investigación astronómica uno de los más codiciados entre los investigadores del cielo, que lo habitan por la noche. De día, el lugar está abierto a los turistas que quieren conocer el ámbito de trabajo de los investigadores.

Los guías explican la vida de la espectacular lente de 2,15 metros, espejada por una placa de aluminio, que refleja el cielo hasta agotarse, dos años después.

En los días de luna llena y los pocos días nublados que brinda el clima los técnicos realizan el mantenimiento del equipo que permite explorar el universo. Los investigadores de todo el mundo esperan la aprobación de sus trabajos para lograr un turno y entrar en al cielo desde ese rincón de San Juan.
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Barreal es la sede de los campeonatos nacionales e internacionales de carrovelismo.


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