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 domingo, 13 de noviembre de 2005  
Historias
Los pioneros de la harina

Santa Fe ocupó un papel protagónico dentro del crecimiento económico que experimentó la Pampa Húmeda en la segunda mitad del siglo XIX a través de la integración al mercado mundial sobre la base de la exportación de productos agropecuarios. La región sur de la provincia comenzó a ser desarrollada al compás de las inversiones ferroviarias y la exportación desde Rosario. Ante ese próspero escenario de desarrollo, surge la industria molinera, que rápidamente se convierte en uno de los motores del crecimiento santafesino.

Por esos años, nació Molino Juan Semino, una de las pioneras del sector en Santa Fe, que cumplió recientemente 140 años. Su historia es el reflejo de la mayoría de las empresas del sector. Fundada en 1865 por el inmigrante italiano Marcelino Semino, fue evolucionando de una empresa unipersonal radicada en la ciudad de Rosario, a ser la primera Sociedad de Responsabilidad Limitada de la provincia de Santa Fe. Posteriormente, se transformó en sociedad anónima, realizando oferta pública de sus acciones en las Bolsas de Comercio de Buenos Aires y Rosario.

Actualmente la empresa se ubicada entre las primeras diez molineras de la provincia y procesa anualmente 65.600 toneladas de trigo. En Santa Fe el primer puesto se lo lleva Trigalia de Cargill que industrializa 140 mil toneladas en su planta de Rosario. Le siguen Brunning con 77.400 toneladas radicada en San Jorge, Molino Victoria con 73 mil toneladas y Molinos Cabanellas con 70 mil toneladas. Después vienen Molino Chabás con 44 mil toneladas y Matilde con 32 mil toneladas. El resto está compuesto por empresas que procesan entre 20 mil y mil toneladas mensuales.

En el caso de Juan Semino, la empresa adquirió principios del siglo pasado un molino existente en Carcarañá y en 1942, en su afán de integrar la cadena de industrialización del trigo, instaló una fábrica elaboradora de almidón y gluten. En 1965, año del centésimo aniversario, traslada sus instalaciones productivas de Rosario. Por razones de optimización de costos, en 1981 decide concentrar el 100% de sus actividades y mudó sus oficinas administrativas y de ventas a la planta industrial.

A lo largo de los años, la empresa incursionó en distintos negocios como la industria láctea, plantaciones de olivos, emprendimientos inmobiliarios y la generación de energía. Para este último caso instaló una central hidroeléctrica de última generación sobre el río Carcarañá que abastece las plantas industriales y le permite una importante mejora en sus costos.

En total la provincia cuenta con 18 molinos. Se trata de un sector que acredita tradición. Molino Juan Semino es el más antiguo de la provincia, pero Cabanellas cuenta con 126 años y tanto Brunning como Victoria y Matilde llevan más de 100 años procesando trigo en Santa Fe.

En el último tiempo, los molinos enfrentan una crítica situación originada por una desigualdad en materia tributaria que afecta a todos los eslabones de la cadena productiva. Con el objetivo de lograr un cambio el sector realizó un paro de actividades, pero hasta el momento no se anunciaron modificaciones.
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