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 jueves, 03 de noviembre de 2005  
El Congreso español debate el polémico estatuto catalán

Madrid. - Comenzó en el Congreso español el debate sobre la polémica reforma del estatuto de autonomía de Cataluña, un texto en el que esta región del noreste del país se define como "nación" y que según sus muchos críticos supone una violación de la Constitución y una amenaza para la unidad de España.

A la misma hora en que se daba inicio al debate, el opositor Partido Popular (PP) interpuso ante el Tribunal Constitucional un recurso de amparo, en un intento de que la controvertida iniciativa no sea tramitada en el Parlamento como simple reforma estatutaria. El presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, defendió la reforma, pero advirtió que tendrá que ajustarse a la Carta Magna.

En este sentido, sin embargo, consideró "perfectamente compatible" la "identidad nacional de Cataluña", proclamada por la reforma, con el artículo 2 de la Constitución que "considera a España como nación de todos" y calificó de "impecable" la fórmula de autogobierno propuesta en la iniciativa.

Asimismo, advirtió que la primera regla del patriotismo es "evitar la discordia entre españoles" y manifestó que España "no se debilita cuando reconoce el autogobierno o la identidad" de los pueblos que la integran, "muy al contrario, gana en fuerza, en vida, en dinamismo".

En cambio, el líder del PP, Mariano Rajoy, rechazó de plano el texto y exigió que sea devuelto sin debate alguno al Parlamento catalán "para que lo corrijan sus autores de acuerdo con la ley. La distancia entre el estatuto y la Constitución es tan abismal que cualquier acomodo resulta imposible", dijo. Para Rajoy, la tramitación de la reforma en el Congreso es el precio que Rodríguez Zapatero tiene que pagar para asegurarse el apoyo de los partidos que sustentan su Ejecutivo y seguir gobernando. La reforma fue aprobada el pasado 30 de septiembre por amplia mayoría en el Parlamento regional en Barcelona.

Esta reforma, que busca sustituir el Estatuto de Autonomía vigente en Cataluña desde 1979, plantea un modelo de autogobierno muy ambicioso, que coloca a Cataluña al mismo nivel que el Estado español en muchos asuntos clave, como justicia y fisco. Pero la cuestión que más irrita es el artículo 1, que reza: "Cataluña es una nación". Esto choca con el artículo 2 de la Constitución, que establece "la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles", aun cuando garantice el derecho a la autonomía de "las nacionalidades y regiones que la integran".
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