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 jueves, 03 de noviembre de 2005  
Guerra sucia. El Washington Post denuncia operaciones encubiertas del espionaje estadounidense
La CIA retiene en cárceles secretas del exterior a presuntos terroristas
Sólo un grupo selecto de la Casa Blanca conoce la existencia y ubicación de las instalaciones clandestinas

Washington. - La Agencia Nacional de Inteligencia (CIA) ha estado reteniendo e interrogando a presuntos miembros de Al Qaeda en un complejo secreto en Europa del Este, como parte de un sistema global de prisiones encubiertas que incluye ocho países y que se montó después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, informó ayer el periódico The Washington Post. Se trata de un complejo de la era soviética, parte de una red que incluye instalaciones secretas en ocho países, entre ellos Tailandia y Afganistán, así como un pequeño centro en la base de Guantánamo, en Cuba.

Según el Washington Post -que sostuvo que basó su reporte en informes brindados por funcionarios estadounidenses y extranjeros familiarizados con el tema-, solo un puñado de oficiales en EEUU conocen la existencia y localización de las instalaciones, al igual que el presidente George W. Bush y unos pocos altos cargos de los servicios secretos en cada país que alberga la prisión.

La CIA no admitió la existencia de una red de prisiones secretas. Hacer tal cosa ahora, según dijeron al Post funcionarios familiarizados con el programa, podría provocar la presentación de demandas contra el gobierno de EEUU, particularmente en otros países, y podría incrementar las condenas políticas al sistema, tanto en el país como en el extranjero.


Los "sitios negros"
La red de cárceles clandestinas es un elemento central de la guerra no convencional de la CIA contra el terrorismo, dijo el diario. Su funcionamiento depende de la cooperación de los servicios extranjeros de inteligencia y de mantener en secreto incluso la información básica acerca del sistema, de manera que no sea revelada al público, a funcionarios extranjeros y a casi todos los miembros del Congreso encargados de supervisar las acciones encubiertas de la agencia de espionaje estadounidense.

La publicación indicó que en los documentos clasificados de la Casa Blanca, el Departamento de Justicia y del Congreso, se refieren a las prisiones como "sitios negros" y prácticamente no se sabe nada sobre quiénes son los detenidos, cómo son interrogados o las decisiones sobre cuánto tiempo serán retenidos.

Con el argumento de que es una cuestión relativa a la seguridad nacional, la CIA y la Casa Blanca han disuadido al Congreso de exigir a la agencia declaraciones públicas acerca de las condiciones en que se mantiene a los cautivos.

Actualmente, alrededor de 30 "importantes" sospechosos de terrorismo están retenidos en los "sitios negros" mientras que más de 70, considerados menos importantes, fueron entregados a los servicios de inteligencia de sus respectivos países bajo un proceso conocido como "rendición", dijo el diario. Los 30 "importantes" prisioneros, supuestos miembros de la red Al Qaeda, están aislados del mundo exterior, en la oscuridad, a veces en celdas subterráneas, no tienen derechos legales reconocidos y nadie fuera de la CIA puede hablar con ellos o verles.

El Post, citando a ex agentes de los servicios secretos y agentes en actividad al igual que otros responsables del gobierno norteamericano, dijo que la CIA usaba dichos centros de detención en el extranjero porque en EEUU es ilegal mantener a los prisioneros en dicho aislamiento.

Bajo la ley de seguridad estadounidense, sólo el presidente puede autorizar una acción encubierta de la CIA como la que describe el periódico. Pero no parece que Bush autorizara específicamente la creación de estas prisiones, sino que todo apunta a que la iniciativa se basa en el documento que éste firmó el 17 de septiembre de 2001, tan sólo seis días después de los atentados, y que daba a la CIA amplios poderes para combatir el terrorismo, incluyendo la posibilidad de matar y capturar a miembros de Al Qaeda en cualquier país del mundo.
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