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 domingo, 23 de octubre de 2005  
Voz y voto. unas siete mil personas pasaron este año por las asambleas del cuarto presupuesto participativo rosarino
Los vecinos quieren pavimento, salud y capacitación laboral
En los seis distritos ya se eligieron los 158 proyectos que el municipio deberá ejecutar durante el 2006

Carina Bazzoni / La Capital

Quienes viven en la distrito Sur quieren más iluminación en Necochea entre 27 de Febrero y Ayolas, y los del Norte insumos y medicamentos para un centro de salud y albergues para mujeres víctimas de violencia familiar. En el distrito Noroeste las prioridades son la compra de un ecógrafo para un dispensario y en el Sudoeste la realización de talleres de capacitación en oficios para jóvenes y adultos. En cambio, los vecinos del Centro impulsan la construcción de rampas para discapacitados, y en el Oeste prefieren poner en marcha cursos de animadores sociales. En todas las zonas, se apuesta también a pavimentar calles.

Estas fueron las propuestas más votadas durante la segunda ronda de consultas del presupuesto participativo 2006, que culminó la semana pasada. En total, a la experiencia se sumaron unas siete mil personas, quienes definieron los 158 proyectos que la Municipalidad deberá ejecutar en cada barrio en los próximos 14 meses. Y, este año, no sólo los grandes pudieron plantear sus inquietudes, sino que también los jóvenes de 13 a 18 años elaboraron sus proyectos y eligieron uno para cada distrito de la ciudad (ver aparte).

Pero para llegar a esta instancia, unos y otros, tuvieron que trabajar mucho. A partir de marzo, en cada distrito se organizaron unas cinco o seis asambleas barriales. Allí los vecinos llevaron los problemas de cada sector, discutieron y se eligieron las seis personas que integrarían los consejos participativos de distrito. Este grupo -de unas 40 o 50 personas- tuvo la responsabilidad de convertir estas inquietudes en proyectos concretos. Después, estas iniciativas fueron evaluadas por técnicos del municipio que consideraron su factibilidad y estimaron la inversión que demandaría cada una. Y entre septiembre y octubre se realizó la segunda ronda del presupuesto, donde se expusieron los proyectos y los vecinos votaron por sus preferidos.

Para ponerlos en marcha, el municipio destina 25 millones de pesos, dinero que se divide equitativamente para los seis distritos. Así, a cada zona le corresponden exactamente 4.166.666 pesos.

"Cada consejo de vecinos puede presentar la cantidad de proyectos que quiera -explica la secretaria General del municipio, Mónica Bifarello-. El único tope que tienen los vecinos es el dinero que se les asigna. Entonces se trata de que los proyectos no sean tan caros para poder beneficiar a todas las áreas del distrito en forma pareja".

Los consejeros del distrito Oeste se toparon con este tipo de disyuntivas. Un grupo de vecinos pretendía construir otra pileta en el complejo Deliot que, si bien cuenta con un natatorio, los fines de semana queda chica. "La obra costaba algo más de un millón de pesos. Y hacerla significaba dejar afuera otro montón de necesidades que se planteaban en otros barrios", recuerda Adriana Robledo, una de las consejeras a quien no conformaba la idea de la pileta. Sin embargo, después de mucha discusión, el proyecto se plasmó igual y se expuso al voto de los vecinos, aunque no logró los avales suficientes.

En general, en cada distrito se aprobaron entre 20 y 38 proyectos. Y ninguno de ellos supera el millón de pesos. En el Oeste el más oneroso resultó la pavimentación definitiva de Campbell entre 27 de Febrero y Pellegrini ($650.000), en el Centro la remodelación de Mendoza desde Avellaneda a Lima ($637.690), en el Sur la refacción de la guardia pediátrica y de adultos del Hospital Roque Sáenz Peña ($900.000), en el Norte la apertura de calle Baigorria ($700.000), en el Noroeste la relocalización del centro de salud Juana Azurduy ($550.000), y en el Sudoeste la repavimentación de calle Biedma ($750.000).

Uno de los consejeros del distrito Norte, Hugo Bonardi, cuenta el secreto que permite entender la lógica de estas inversiones. "Hay dos proyectos a los que los vecinos seguro les levantan la mano: los que tienen que ver con salud y con pavimento", asegura.

Justamente, las iniciativas relacionadas con obras públicas se ubicaron al frente en el distrito Norte, en el Noroeste y en el Sur. La mayor demanda la generó la necesidad de pavimento o estabilizado, mucho más frecuentes que la construcción de veredas o mejoras de plazas.

La consejera del distrito Sur, María Heredia, destaca la importancia de que sean los propios vecinos quienes propongan y elijan las obras que el barrio necesita "porque los problemas son más difíciles de ver desde una oficina", explica.

Así, en el distrito Oeste y en el Sudoeste la mayoría de los proyectos se relacionó con actividades vinculadas a lo social. En ambos se planificaron talleres de orientación laboral para jóvenes, acciones para prevenir la violencia familiar y actividades deportivas. A lo que el distrito Oeste sumó además un curso de capacitación en hierbas medicinales y un programa de rescate de los clubes de la zona.

En el Centro, los proyectos más numerosos se centraron en torno a los servicios públicos: colocación de semáforos, potenciación de la iluminación, atención al arbolado y reparación de veredas.

Pero las actividades culturales tampoco pasaron inadvertidas. En el distrito Noroeste se destinarán 180 mil pesos para comprar los instrumentos básicos de una orquesta sinfónica infantil y juvenil. Casi el mismo dinero se invertirá en el Oeste para equipar seis ludotecas, y con otros 70 mil pesos se pagarán los equipos para hacer funciones de cine ambulantes. Y en el Sudoeste se abrirán talleres de teatro, tango, folclore, danzas latinas, música, radio, comunicación y danzas árabes, entre otros, y se alquilará un salón para proyectar películas.

Iniciativas tan variadas como la realidad de cada uno de los barrios, y tan sentidas como las necesidades de quienes los habitan.
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Jóvenes de entre 13 y 18 años pudieron debatir sus propuestas por primera vez.

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