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 miércoles, 19 de octubre de 2005  
Los bomberos apagaron un incendio simulado en la Dante Alighieri
En sólo 5 minutos fueron evacuados 400 alumnos

Laura Vilche / La Capital

Faltan diez minutos para las 11, la vicedirectora entra rápido a su despacho y disca el 430-8888. "¿Bomberos? Le hablo de la escuela Dante Alighieri de Alvear 1157, hay un incendio en la biblioteca del subsuelo". Con este diálogo de ficción comenzó ayer el primer simulacro de incendio realizado por un colegio de la ciudad junto a los bomberos voluntarios. Cinco minutos bastaron para que 400 chicos evacuaran sus salones y se pusieran a salvo.

Directivos,docentes, alumnos y porteros; todos se compenetraron en su papel, tal como les indicó un especialista en seguridad. "Nuestra preocupación comenzó antes del trágico episodio de Cromagnon; data del momento en que se quemó la Facultad de Derecho, justo al lado de una escuela tan grande como la nuestra. Ahí nos preguntamos qué tan preparados estábamos para afrontar un siniestro y nos pusimos a trabajar", remarcó la directora de la escuela, Alicia Novaira, quien adelantó que antes de fin de año se realizarán otras evacuaciones sorpresa.

No sólo se preparó a la comunidad educativa para la experiencia, también se advirtió a los vecinos del establecimiento que ayer se mostraban curiosos con tanto ir y venir de sirenas, coche de bomberos y ambulancia.

Sonaron tres timbres e inmediatamente los chicos se formaron y salieron del salón bien pegados a la pared. Caminaron en hilera, rápido, pero sin correr, y se agruparon en el sector que se les había asignado previamente en el patio. "En un momento así, el espacio de evacuación puede estar oscuro y lleno de humo, por eso es importante que vayan tocando la pared como referencia y mantengan el silencio y la calma, por si alguien pide ayuda", explicó el especialista en seguridad, Pedro Guala, también padre de dos alumnos de 3º y 6º años.

Mientras los chicos hacían su parte, las porteras recorrían salones y baños con banderas rojas que dejaban en la entrada como señal de que todo estaba chequeado. Simultáneamente, entraron en acción los bomberos, a sólo tres minutos del llamado de la vicedirectora. Desplegaron la manguera hacia el subsuelo y se dividieron en grupos, unos actuaban en el ataque del fuego, otros en el rescate de las posibles víctimas, revisaban cada rincón y colocaban una silla antes de irse, como señal de que todo estaba en orden.

"Necesito apoyo en el jardín, hay una puerta cerrada", decía por un handy uno de los jefes de bomberos, Darío Candussi, quien enseguida fue asistido por un compañero. Tanto ellos como otros diez compañeros vestían sus equipos de máscara, casco amarillo, linterna, guantes, tubo de oxígenos y traje negro de nomex (una tela no inflamable) con galones fosforescentes. Una imagen que cautivó a los chicos y que se robó todos los aplausos de la mañana.

"Estuvo buenísimo. Dejé la mochila en el salón y salí rápido pero sin desesperarme", aseguró Santiago Cáceres, de 2ºaño de EGB. Con él coincidió Anabella, la maestra de 3ºaño B, quien opinó que todo funcionó como se había previsto y hasta "mejor; nunca hicieron tanto silencio al salir al patio", se rió.


Relevamiento previo
Nada quedó librado al azar por parte de los directivos y el equipo de seguridad que trabajó en el simulacro. En rigor, la tarea comenzó hace varios meses cuando se realizó un relevamiento para constatar las posibles falencias en seguridad que hubiera en el edificio. "Encontramos extinguidores colocados en lugares inaccesibles; pocas luces de emergencia y líquidos combustibles para higiene en botellas de gaseosas (algo que podría ser ingerido por error), además de tomacorrientes en mal estado. Todo eso lo subsanamos, antes de empezar a preparar a los docentes para este simulacro", detalló Guala.

Una vez que los maestros tuvieron en claro las directivas de seguridad, adiestraron a sus alumnos. Y ayer, previo a la hora señalada un bombero pasó a preguntar curso por curso si estaban listos. "¿Nos vas a llevar a dar una vuelta en el camión de bomberos?", le preguntó una nena de preescolar al encargado de capacitación externa, Maximiliano Krasnow. "Si todo sale bien, les prometo que vendremos algún día y hasta jugaremos con el agua", contestó el agente.
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Terminado el simulacro, los alumnos aplaudieron a los efectivos.

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