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 sábado, 17 de septiembre de 2005  
El partido de Lula ante una elección interna crucial para su futuro
Más de 800 mil afiliados al PT elegirán un nuevo liderazgo, que muchos avizoran más inclinado a la izquierda

Harold Olmos

Río de Janeiro. - El Partido de los Trabajadores (PT), maltrecho y con la imagen empañada tras cien días en los que perdió gran parte de su capital político, irá mañana a las urnas en elecciones internas para decidir su destino entre corrientes favorables al rumbo actual del "realismo político" que lo llevó al gobierno y otras que quieren retomar su rumbo de izquierda. "Esta es una elección fundamental para la vida del partido", dijo el actual presidente de la organización Tarso Genro, al convocar a sufragar a los militantes del PT, más de 825.000 en 4.683 municipios de todo el país.

"Esta elección será fundamental para la vida del partido y para su futuro. Escucharemos nuestras bases, que nos transmitirán un mensaje", afirmó Genro, quien asumió el comando del PT en julio, luego de la renuncia del anterior presidente del partido, José Genoino, involucrado en el escándalo de corrupción.

Militantes y dirigentes consideran la elección un acontecimiento partidario vital y casi todos coinciden que, después de ella, el PT no será más el mismo partido fundado hace 25 años por líderes sindicales de la industria automotriz, católicos, socialistas y marxistas desilusionados con la ahora ex Unión Soviética.

Algunos quieren y otros temen que el PT emerja de las urnas más a la izquierda, con posiciones abiertamente críticas al modelo económico implantado bajo el mando del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, en el mismo marco signado por la administración socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso, que lo precedió.

Al igual que en la mayoría de los países de América latina, Brasil asumió desde comienzos de la década de 1990 las políticas de austeridad fiscal y control de la inflación que el propio PT, desde la oposición, repudiaba como neoliberales.

En la contienda estarán seis corrientes internas, aunque en la práctica se reducen a dos: la que subscribe el modelo económico seguido por el gobierno de Lula, ejecutado por su ministro de Finanzas, Antonio Palocci, y la que buscan un cambio, con mayor o menor intensidad.

El Campo Mayoritario, la corriente bajo el mando del ex ministro y ex brazo derecho de Lula, José Dirceu, es la dominante y tiene como candidato al ex ministro de trabajo, Ricardo Berzoini. Nadie cree que esa corriente, de triunfar, vaya a presionar por cambios en los rumbos de la economía, menos aún a sólo un año de las próximas elecciones presidenciales.


Una piedra en el zapato
Pero cualquiera de las otras significaría una piedra en el zapato del gobierno. Todas son críticas de la política económica y sostienen que el PT, con Lula, llegó al gobierno para realizar cambios y no para continuar el modelo que estaba en curso y, en el trayecto, perder identidad. Pero ninguna ha presentado alternativas.

Los comicios tendrán lugar a la sombra de un descabezamiento masivo del PT resultado del sacudón que representaron las denuncias surgidas a principios de junio de que el partido sobornaba a sus aliados en el Congreso.

Las denuncias calaron hondo en una organización que se preciaba de ser éticamente superior a las demás. En estos 100 días condujeron a la dimisión de su presidente, su tesorero y su secretario general, y a la caída de Dirceu, que ahora pugna por evitar perder también su mandato como diputado federal.

El propio Lula ha tenido que pedir públicamente disculpas al país por el comportamiento de miembros de la cúpula de su partido y, junto a un deslizamiento acelerado de la confianza que tenía entre los brasileños, ha visto empequeñecer sus opciones para la reelección el próximo año. Han comenzado ocurrir actos públicos de protesta contra Lula y su gobierno, algo que nunca antes había ocurrido. (AP)
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