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 sábado, 17 de septiembre de 2005  
Internacionales
La nueva catedral alemana
Los arquitectos suizos Herzog y Meuron diseñaron en Münich el estadio de fútbol más moderno del mundo

Los adjetivos superlativos parecen agotarse a la hora de describir el estadio "más moderno del mundo", el flamante Allianz Arena de Münich, el lugar en el que se jugará el partido inaugural del Mundial de Fútbol del 2006.

Es la joya entre los 12 escenarios mundialistas y fue inaugurado oficialmente el 1º de junio con un partido amistoso entre la selección alemana y el múltiple campeón Bayern Münich, uno de los dos nuevos dueños de casa del estadio junto al Münich 1860, club de segunda división.

El estadio es catalogado como "lo supremo" alcanzado hasta ahora en la construcción de estadios de fútbol y generó una verdadera ola de orgullo entre los constructores, los propietarios y aquellos que ya pudieron ingresar en la "nueva catedral del fútbol alemán".

Diseñado por los reconocidos arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, fue erigido para ser utilizado exclusivamente como estadio de fútbol, en un barrio de las afueras del norte de la capital bávara, en el distrito de Froettmaning. Las obras tuvieron un costo de 280 millones de euros (360 millones de dólares) y la construcción demandó unos 30 meses.

Tiene capacidad para 66.000 personas y es el único en Alemania con tres anillos. Las plateas en los arcos superiores, detrás de las porterías, podrán ser transformadas en sectores "populares", de a pie, sobre todo en partidos de la Bundesliga.


RÁPIDO BAUTISMO
Visto de lejos y desde la altura, el estadio parece un gigantesco neumático inflado, y ya fue bautizado por la gente como "el gran salvavidas" o "el neumático flotante".

El Allianz Arena lleva el nombre de una compañía de seguros que se aseguró los derechos para los próximos 25 años, pero durante el Mundial, por un conflicto de intereses con los patrocinadores oficiales de la Fifa, pasará a ser llamado simplemente Estadio Mundialista de Münich. Aquí se jugarán seis partidos del Mundial, entre ellos, el de inauguración y una semifinal.

La cancha en sí mide 66 por 105 metros y el público está pegado, a apenas siete metros y medio de la raya exterior del campo, ya que no tiene pista de atletismo.

Para los meses de invierno se dispone de un sistema de calefacción subterráneo para derretir la nieve que se acumule sobre el césped.

Una de las particularidades del estadio se da por la necesidad de servir a dos dueños. El sofisticado sistema de iluminación permite que las butacas, traslúcidas, y los segmentos exteriores, unos 2.800 módulos de etileno, también transparentes, puedan cambiar de color. Cuando juega de local el Bayern Múnich, todo es rojo, y para el Münich 1860 se transforma en azul.

Por supuesto, cada club tiene su propio vestuario (en total el estadio dispone de cuatro). Se reservaron cuatro habitaciones para entrenadores, dos para árbitros, aparte de dos salones para hacer ejercicios de precalentamiento.

Dispone de 28 kioscos, dos comedores de 1.500 plazas cada uno y un restaurante de lujo para 400 comensales. En el estadio no circulará dinero en efectivo, todo será abonado con una tarjeta de dinero especial.

El nuevo estadio ofrece 11.000 plazas de aparcamiento de coches y 350 de autobuses, que podrán acceder a través de una nueva salida de autopista entre Nüremberg y Münich. Además se habilitó una nueva estación de tren suburbano, que permitirá el traslado de unos 20.000 hinchas por hora desde el centro de la ciudad.


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El estadio parece un gigantesco neumático.

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