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 domingo, 14 de agosto de 2005  
[Aniversario] - A 50 añosde la muerte de Thomas Mann
El mas alemán de los escritores alemanes
Ganó el Premio Nobel, fue perseguido por el nazismo y dejó una obra literaria extraordinaria, cuyo valor crece con el tiempo

Wilfried Mommert

Ya en su juventud Thomas Mann soñaba con ser famoso. En 1899, con 24 años, escribió un poema en que expresaba que "una idea o una experiencia mía, pasará con fama de boca en boca". Y sus sueños se hicieron realidad, hasta hoy, 50 años después de su muerte, el 12 de agosto de 1955.

En vida fue objeto de la apasionada reverencia de sus admiradores pero también del rechazo total. El premio Nobel de Literatura de 1929 es uno de los más grandes narradores alemanes del siglo XX.

A la popularidad del escritor han contribuido sin duda las muchas producciones cinematográficas y de televisión como "Los Mann", "Los Buddenbrook", "Muerte en Venecia", "Lotte en Weimar", "La Montaña mágica" y "Felix Krull".

El escritor nacido en Lübeck es mencionado al mismo nivel que Goethe, pero sus ideales eran Tolstoi, Dickens, Ibsen y Flaubert. Su cuento favorito fue "El soldadito de plomo", de Andersen, al que calificó de "el símbolo de mi vida".

Considerado por sus familiares como "el mago", el propio Thomas Mann se consideraba el sucesor de Goethe, aun cuando se sentía muy ligado a Schiller desde el punto de vista sentimental.

Su trabajo como escritor fue algo fenomenal, ya que en más 60 años de producción literaria llenó más de 100.000 páginas. Pero cuando apareció su primera novela, "Los Buddenbrook", en 1901, que lo llevó a la fama mundial, le llovieron duras críticas.

Todavía muchos años después Thomas Bernhard afirmaba: "El gran burgués Thomas Mann escribió una literatura pequeñoburguesa de punta a punta". Las críticas eran algo que Thomas Mann no podía soportar y solía "afirmar que le provocaban náuseas".

Es que a veces, por su estilo de narrador de profundo contenido psicológico, con divagaciones y frases complementarias, las obras de Thomas Mann no son fáciles de leer. Pero hasta hoy sigue siendo el favorito de los germanistas y junto a Goethe el escritor alemán más investigado.

Hasta 2015 se publicará en Alemania la primera colección de obras completas de Mann con 38 volúmenes. Los primeros aparecieron ya.

"Donde estoy yo, hay cultura alemana" era una frase favorita de Mann en el exilio, cuando tuvo que huir del régimen nazi a Estados Unidos.

Su viraje de admirador de la monarquía a defensor de la república, su huída al exilio, al principio prácticamente contra su voluntad, y su negativa a volver a Alemania después de la guerra, forman parte de su cambiante vida y biografía.

Tanto su novela "Doctor Fausto" como su disertación "Alemania y los alemanes" tuvieron muy poca aceptación en Alemania. Como era considerado alguien que "se quedó fuera", no tenía derecho a juzgar a los alemanes, pensaban. A pesar de todo, en 1949 y 1955, con ocasión de celebrarse los aniversarios de Goethe y Schiller, fue un disertador bienvenido en los dos Estados alemanes.

El precio de su fama fue una vida desgarrada entre el erotismo y la disciplina, ya que sus diarios publicados después de su muerte asombran al lector en ese sentido.

Fue "el más alemán de todos los alemanes", sentenció el famoso crítico Marcel Reich-Ranicki, que cree que al igual que en Goethe se subestimó que Mann era un ser erótico, que tenía al sexo como motivo central su obra.

Sobre todo, Mann fue un homosexual, como insinúa en sus obras "La muerte en Venecia", "Tonio Krüger" y "Felix Krull", dice Reich-Ranicki.

"Puedo decir con suerte que con 25 años, con 50, con 60 y con 70, presenté pequeños éxitos, con Los Buddenbrooks, La montaña mágica, Joseph y Fausto. Pero, la verdad, no fui grande", escribió el propio Mann con cierta ironía en su diario un año antes de su muerte. "Viví tiempos en que ni siquiera un perro aceptaba de mí un pedazo de pan y en los que después de una conferencia no se movía ni una mano", indicó.

En su último diario, el lector se convierte en testigo de la vida de un poeta que se va acabando. Un hombre que se queja de una vida llena de incomodidades y sufrimientos y el 27 de marzo de 1954 anota: "Es el 45 cumpleaños de Golo (Mann -su hijo) y yo sigo vivo. Un maravilloso sueño de vida, que pronto se acabará, curioso, curioso".

El 20 de julio de 1955 cae enfermo en Holanda de una dolencia arterial. El 23 de julio vuela de vuelta a Zurich para hacerse atender en un hospital, donde muere el 12 de agosto de 1955 a consecuencia de una crisis cardiovascular.

Ese mismo día, "el mundo entero recibió la noticia de su muerte", como reza la última frase de "La muerte en Venecia".
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Definición. "Donde estoy yo, hay cultura alemana", dijo Mann.

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