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 miércoles, 10 de agosto de 2005  
Golpe orquestado en avenida San Martín al 3000
Simularon ser músicos para vaciar una sala de ensayos
Un trío de hampones se llevó instrumentos por 10 mil dólares y algo de efectivo

Eduardo Caniglia / La Capital

Un grupo de jóvenes se hizo pasar por integrantes de una banda de rock y contactó a los dueños de una sala de ensayo con la excusa de necesitar de sus servicios. La cita fue pactada para el lunes en una casa de la zona sur de la ciudad y los tres músicos llegaron con sus instrumentos al hombro. Pero una vez adentro decidieron terminar con la farsa: desenfundaron armas de fuego y encañonaron a los cuatro muchachos que estaban en la vivienda, que sí son músicos. Con las víctimas inmovilizadas, los maleantes se llevaron todos los instrumentos musicales que había en el lugar, valuados en 10 mil dólares, y algo de dinero en efectivo: 700 pesos y 100 dólares.

Javier Calderini, de 38 años, y Leandro, de 23, viven en dos departamentos de pasillo ubicados en San Martín 3044. Uno de ellos está emplazado en la parte alta del inmueble. Los dos, junto a otro par de muchachos, tienen una banda de rock en formación con el nombre de Cosh y están ensayando temas de Kiss.

La musica no es la única actividad de los integrantes del grupo. Leandro contó que también alquilan sus valiosos instrumentos a bandas "amigas". Pero en los últimos días decidieron hacer una excepción. A Javier no le llamó la atención el llamado que recibió en su celular. Quien se contactó con él lo hizo desde otro aparato móvil.

En la comunicación, el interlocutor de Javier pidió alquilar la sala de ensayos -está ubicada en la planta baja- con una excusa creíble: dijo que tenía un grupo de rock llamado Still Box. El rockero y el falso músico pactaron arrendar el local para las 19 del lunes. A esa hora sonó el timbre en la casa de San Martín al 3000. Al parecer, Javier fue a abrir la puerta y se topó con los visitantes que esperaba.

"Se manejaron muy bien. Llegaron con instrumentos y entraron dispuestos a ensayar", recordó Leandro. El muchacho afinaba una guitarra en el altillo y sus compañeros tocaban en la parte inferior de la casa cuando se desencadenó el atraco.

Leandro no tuvo tiempo de reaccionar cuando estuvo frente a él uno de los maleantes. El intruso se movió con rapidez. Le asestó un culatazo y lo empujó al piso. Cuando ya estaba en el suelo, el ladrón lo inmovilizó con un alambre. Uno de sus amigos, que se estaba bañando, corrió la misma suerte que Leandro. Los dos quedaron maniatados en la planta alta.

En la planta baja, Javier y su compañero de banda también quedaron a merced de los malhechores. Con sus manos atadas, se resignaron a ver cómo los hampones revolvían toda la casa. Uno a uno fueron recogiendo los instrumentos: dos guitarras eléctricas, baterías, dos bajos, un equipo de módulo de computación, amplificadores, pedaleras de efectos, platillos de percusión y cámaras fotográficas digitales engrosaron el botín de los bribones.

"Nos arruinaron económicamente. Todo lo que se llevaron está valuado en 10 mil dólares", se lamentó Leandro. Además de los intrusos también se apoderaron de los teléfonos móviles de los músicos y de efectivo: 700 pesos y 100 dólares. "Nos robaron la plata que teníamos encima y la que estaba guardada en la casa", recordó Leandro.

La odisea que vivieron los músicos duró 45 minutos. "No nos pasó nada, pero fue una situación muy fea", contó el muchacho. El rockero se mostró sorprendido por la "audacia" de los hampones ya que el atraco ocurrió cuando había muchas personas en la calle. "Me llamó la atención porque la agencia de lotería que está al lado (de la casa asaltada) tiene custodia".

Leandro está convencido de que fue un golpe "estudiado y que los tipos sabían cómo hacerlo". En el mediodía de ayer, el muchacho no sabía cómo los ladrones obtuvieron el número del celular de Calderini. Pero sí tenía una certeza: en el aparato de Javier quedó registrado el número del celular desde el cual llamaron los ladrones.

Lo que sí es público es la actividad comercial de los músicos: un cartel de chapa aprisionado con un candado a la puerta de casa anuncia el alquiler de instrumentos.
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A Leandro le hicieron el cuento y le robaron.

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