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 domingo, 10 de julio de 2005  
A diez años de la peor masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial
Srebrenica no cicatriza las heridas
Los líderes serbios culpables de la matanza de casi 8.000 musulmanes en el enclave bosnio aún siguen libres

Srebrenica. - En el cementerio de la ciudad de Visoko, cerca de Srebrenica, se viven escenas tétricas. Tres hombres abren sin pausa los sacos de cadáveres con los restos de unas 620 víctimas identificadas de la masacre de la ciudad bosnia el 11 de julio de 1995. En el décimo aniversario del mayor crimen de guerra en Europa desde 1945, los restos de los hombres y jóvenes musulmanes muertos serán enterrados en el nuevo cementerio en las afueras de la ciudad. Allí ya están sepultadas 1.327 personas, unas pocas de los casi 8.000 civiles inermes que fueron ejecutados en la "Zona de Protección" de la ONU bajo la mirada pasiva de los cascos azules holandeses.

Fue una acción de exterminio planeada hasta el detalle. "Después de que los serbios entraran en Srebrenica, la masacre comenzó al mediodía del 12 de julio", relata Kada Hotic, quien perdió a su hijo, su marido, dos hermanos y un cuñado. Decenas de camiones y autobuses con matrícula serbia se llevaron a toda la población masculina de la ciudad (estimados en 8.000) y 570 jóvenes mujeres y niñas fueron violadas. Entre los desaparecidos hay 1.402 niños.

"Los cadáveres fueron reunidos en enormes fosas comunes", explica Murat Hurtic, de la Comisión de Desaparecidos de Bosnia. "Meses después las tumbas fueron revueltas con grúas y bulldozers, los cadáveres cortados en pedazos y llevados a otras tumbas más pequeñas. Se quería ocultar el crimen". Así se explica que los antropólogos forenses hayan encontrado trozos de personas hasta en tres sitios diferentes.

Casi todos los días se hallan víctimas de la masacre de Srebrenica, pero los responsables siguen libres. No sólo se alegran de quedar impunes los 800 sospechosos de quienes se conocen los nombres, sino que los dos principales responsables no han podido ser capturados pese a ser buscados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia de La Haya.

El líder político de los serbobosnios durante la guerra civil (1992-1995), Radovan Karadzic, y su comandante militar Ratko Mladic son protegidos por una red económica, política y criminal muy poderosa que hasta ahora no ha podido ser desbaratada. Para la población serbia, los dos presuntos criminales de guerra son héroes nacionales. Ahora se sabe que Mladic vivió en Belgrado hasta 2002 bajo protección del ejército. Desde entonces está desaparecido. Se sospecha que Karadzic está oculto en monasterios de la poderosa Iglesia ortodoxa serbia.

El hecho de que quienes ordenaron y organizaron la masacre sigan libres pese a que se supone que son perseguidos por los servicios secretos occidentales y aunque hoy hay en Bosnia más de 7.000 soldados de la Otán y de la Unión Europea con aparatos militares de última generación, han alimentado las especulaciones de que Mladic y Karadzic llegaron a un acuerdo con EEUU.

En Srebrenica hay imágenes de inconsolable tristeza. De los 38.000 habitantes originales sólo quedan 10.000, según el alcalde, Abdulrahman Malkic. Unos 6.000 serbios y 4.000 bosnios.

En el centro hay destrucción allí donde se mire, con agujeros de bala, cristales rotos, ruinas sostenidas con tablones y esqueletos de casas destruidas por la guerra por las que silba el viento. En todas partes desconsuelo. El abastecimiento de agua y electricidad sigue sin estar restablecido en muchos sitios, no hay trabajo y casi no existe el transporte público. "El dinero de la ayuda internacional se ha agotado", se resigna Malkic.
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Los musulmanes asesinados serán enterrados en un nuevo cementerio.

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