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 domingo, 19 de junio de 2005  
Sociedad: verdad, bondad y utilidad

Sócrates ha escrito alguna vez sobre las personas que se acercan queriendo hacer comentarios de terceros ausentes. Sostiene que hay que pasar por tres filtros aquello que dicen. Los tres filtros son -en este orden- el de la verdad, el de la bondad y el de la utilidad. Hay que preguntar a la persona si lo que dirá es verdadero, luego si es bueno y finalmente si es útil. Por lo general, nada que tenga que ver con comentarios hirientes u ofensivos soporta el pasaje por estos tamices.

La palabra "amigo" debe estar siempre acompañada por conceptos como el respeto, el afecto, la compañía incondicional, pero también deben estar las palabras objetivas que ayudan a crecer y a madurar. Los amigos pueden actuar mal y pueden equivocarse -porque son susceptibles de hacerlo- sin embargo, se puede guiar y aconsejar para hacer notar los errores.

Cuando se quiere a los amigos no se los abandona; se los respeta y se los acompaña; se les hace ver el error, pero con contención y afecto. Una vieja frase popular reza: "Quiéreme cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesito". La amistad no es ser simplemente conocidos, ya que de éstos se sabe muy poco o casi nada, mientras que de los amigos se podría hablar horas enteras. No existen los buenos o los malos amigos. Se es o no se es amigo.

Cuando las personas difaman a otras, amigas o no, habría que invitarlas a que pasen sus comentarios por los tres filtros de los que habla Sócrates. Nadie se atrevería a decir nada si supiera el mal que provoca.

La escuela es un ámbito ideal para el florecimiento de la amistad y territorio propicio para el fomento de la misma. Se aprende a ser amigo y así como se aprende de los demás, los demás aprenden de nosotros.

Se oye decir con cierta regularidad que la historia y que la vida de los seres humanos es cíclica, y que todo lo que se hace de malo se vuelve en contra en algún momento. A veces ocurre que el efecto boomerang llega demasiado tarde para presenciar el ocaso del portador de los falsos comentarios. Mientras tanto se ha sembrado la ponzoña y la semilla del mal germina en los débiles y mezquinos corazones de gente más débil y mezquina. Pobremente munidos van por el mundo los dueños de las verdades relativas, e ignoran que esta misma circularidad de la existencia puede comprenderlos a ellos en el mismo engranaje en el que pretendieron involucrar a otros.

Los adolescentes saben que existen comentarios que lastiman porque no son ni verdaderos, ni buenos, ni útiles. La escuela como institución social debe portar los valores de la verdad, de la bondad y de la utilidad, pero también deben portarlos la familia y la sociedad.

Una escuela es el reflejo de lo que pasa en el corazón de la sociedad: los tres son valores que hay que reivindicar y los tres deben instalarse desde la práctica y el ejercicio. Después no habrá más que emular actitudes y quizás, no haga falta pasar por los tres filtros ningún comentario difamador. Porque no será necesario.

Marcela Ruiz

Profesora de lengua y literatura [email protected]
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