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 miércoles, 15 de junio de 2005  
Dos jóvenes procesados por una cena que terminó en el crimen de un jubilado
Tienen 30 y 20 años. Los acusan de matar con un sable a un vecino de barrio Belgrano hace 7 meses para robarle

La reunión transcurría como de costumbre en la casa de barrio Belgrano donde el ex operario de General Motors Pedro Omar Orifici había invitado a cenar a tres muchachos. Comieron pizza, tomaron vino, algo de sidra y un aperitivo mientras miraban la película de acción Océano de Fuego. De pronto, a las 21.30, el clima amistoso dio paso a la brutalidad. Los pibes le ataron los brazos y lo llevaron amordazado al dormitorio mientras le exigían dinero. Hasta que el plan de robarle al pensionado se desbordó: lo apuñalaron ocho veces con un sable de samurai que descolgaron de la pared. Por esto, dos conocidos de la víctima fueron procesados por homicidio en ocasión de robo; mientras que otras cuatro personas fueron acusadas de adquirir los electrodomésticos robados tras el crimen.

El crimen de Orifici fue descubierto dos días más tarde. Un vecino comprobó la mañana del domingo 7 de noviembre de 2004 que la puerta de calle estaba entreabierta y que al preguntar por el dueño de casa nadie respondía. Con sólo asomarse se veía sangre en el comedor. La policía encontró al pensionado con los brazos entrelazados con una cinta y apoyados en la nuca. Tenía el torso desnudo, un par de medias, bermudas y puñaladas muy profundas en la espalda. Las cuchilladas se habían hundido lo suficiente como para penetrar en el abdomen y el tórax.

Siete meses después, el juez de Instrucción Carlos Carbone procesó a Claudio Oscar Algañaraz, de 30 años, y a Germán Facundo Fernández, de 20, como partícipes necesarios de homicidio en ocasión de robo, un delito que contempla penas de 10 a 25 años de prisión. El primero de ellos confesó su participación en el hecho. El restante lo negó, pero el juez evaluó que el joven se había ganado la confianza de Orifici para ingresar a su casa y asaltarlo. Con otros tres muchachos planeaba viajar a Mar del Plata el 10 de diciembre.

Un subsidio de General Motors más el alquiler de cinco departamentos y un garaje le garantizaban a Orifici un buen pasar. El pensionado había regresado a la Argentina nueve años antes, tras trabajar 26 años en la empresa automotriz en Estados Unidos. Orifici, de 61 años, vivía solo. Una vez por semana lo visitaba su hermana, quien limpiaba la vivienda y luego almorzaba con él.

Era reservado con sus vecinos, quienes observaban que por las noches llegaban muchachos que se quedaban a comer y dormir. Todos los días el hombre recibía en su casa a jóvenes a los que, a cambio de favores sexuales, entregaba dinero, regalos, ropa y celulares. "Siempre estaba con pibes, gente pobre a la que le hacía regalos", corroboró su sobrino tras su muerte. De ese modo fue como los dos imputados se hicieron conocidos del ex operario y comenzaron a visitarlo en su casa de Forest 6039, según la investigación judicial.

La policía llegó a ellos gracias a un llamado anónimo. Alguien avisó que en una casa de Cochabamba al 4400 estaban vendiendo electrodomésticos robados a Orifici. Tras secuestrar allí una video y ropa y zapatillas con sangre, quedó detenido Germán Fernández. El hombre contó que esa noche se juntaron en la casa de Orifici a comer pizzas con Claudio Algañaraz y un menor que también fue detenido por el caso. Según contó, cuando Claudio salió del dormitorio del pensionado empezó a increparlo junto al menor exigiéndole dinero. Luego lo llevaron a la pieza, donde terminaron ejecutándolo. Ocho veces lo hirieron con un sable en la espalda, el tórax y el cuello, además de darle un fuerte golpe en la nuca.

Al día siguiente otros tres menores fueron con un changuito de supermercado y la llave de la casa de Orifici a retirar las cosas de valor. Se llevaron dos televisores Sony de 21 pulgadas, un equipo de música y una videograbadora. A estos pibes Fernández los conoció el mismo día que la policía encontraba el cadáver: "Me dijeron que había plata para tirar para arriba y que iban a organizar una fiesta en Pasco y la vía".

Por haber recibido u ocultado esos electrodomésticos, cuatro personas que se encuentran en libertad fueron procesadas por encubrimiento. Se trata de Luisa Videla, de 35 años; Angela Alvarez, de 35; Víctor Alfonso, de 22; y Horacio Ferreyra, de 44.
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Familiares de Pedro Orifici frente a la vivienda donde asesinaron al jubilado.

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