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 miércoles, 15 de junio de 2005  
Reformistas rosarinos

Roberto Bereciartúa

Con motivo de cumplirse hoy un nuevo aniversario de aquel levantamiento estudiantil en Córdoba, que quedó para siempre convertido en una gesta nacional y latinoamericana, quiero sumarme a esta conmemoración rescatando de la memoria episodios y referencias de la historia reformista rosarina.

Con el golpe de Estado del 28 de junio de 1966, que derrocó al gobierno de Illia, el movimiento estudiantil reformista se sumó a la lucha popular contra el onganiato. El reformismo rosarino tenía encarnadura orgánica en el Partido Reformista de Ciencias Económicas y Derecho; eran los últimos momentos del mandato de Eduardo Garat (posteriormente víctima de la última dictadura militar) como secretario general, a quien le sucedió otro gran militante reformista recientemente fallecido, Hector Gogo Arteaga.

Luchar por la democracia y por una Universidad junto al pueblo era la consigna y causa de la hora. Esos reformistas de ley y de coraje estaban dispuestos hasta a dar la vida si fuera necesario. Por la integración de las luchas que se daban en Córdoba, La Plata y Rosario, surgió la Agrupación Unión Nacional Reformista Franja Morada en 1967, cuya primera víctima fue el estudiante Santiago Pampillón, de la Universidad de Córdoba. Precisamente para rendirle un homenaje y repudiar a la dictadura se organizó un acto en el centro de Rosario. El lugar elegido fue calle Córdoba, porque tenía relación con la ciudad origen de Pampillón, específicamente frente a la placa que indica el domicilio de nacimiento de Lisandro de la Torre, considerado uno de los más notables demócratas que ofreciera Rosario a la República; y por supuesto, el día elegido fue el Día del Estudiante. Tras el valiente y profundo discurso de Arteaga, estalló espontáneamente una marcha que con él y Rubén Lenti a la cabeza convocaron al grito de reforma y libertad. Como no podía ser de otra manera, la represión policial no se hizo esperar

Ya en el mes de abril de 1968, se realizó en nuestra ciudad un seminario nacional de la Unión Nacional Franja Morada, que por lo sucedido pasaría a ser histórica y genuinamente emblemático. Participó del mismo el ingeniero Ismael Bordabehere. Al cumplirse los primeros cincuenta años de la Reforma, tener entre los estudiantes asambleístas a quien fuera uno de los protagonistas directos de aquella revolución estudiantil y firmante de los documentos liminares de 1918 conmovió el espíritu de todos los militantes. Pero los corazones e ideales estallaron cuando don Ismael decidió entregar todos los documentos originales de la Reforma del 18 en las propias manos de nuestro querido Gogo Arteaga, secretario general de la organización. Y desde ese día hasta su muerte, el 18 de abril pasado, aquel querido y respetado gladiador reformista custodió con el celo propio de su compromiso moral, la impronta de su inquebrantable responsabilidad y la nobleza de un roble todos aquellos documentos originales. Fueron 37 años. Don Ismael no se equivocó cuando confió tal legado en esos estudiantes y ellos no se equivocaron cuando confiaron en Héctor E. Arteaga para que fuera el depositario permanente.

Hoy estamos conmemorando el 87º aniversario de la Reforma; en mi caso particular, la primera conmemoración desde mi formación reformista es para mi maestro y amigo el Gogo, quien nos dejara sin ver plasmados algunos de sus sueños: un gran reencuentro de reformistas de todas las edades, que dejando cada uno y por un momento sus banderías partidarias sólo nos reuniéramos por la siempre vigente causa de la Reforma y volviéramos a jurar por sus postulados sin diferencias que debiliten el espíritu y el accionar reformista.

Si queremos ser fieles reformistas y reconocemos que tenemos referentes históricos de ejemplar trayectoria, el camino se hará más fácil. Este aniversario no puede ser una fecha más, sino que debe comprometernos a reflexionar sobre la tarea realizada y rendir homenaje a los revolucionarios del 18, a los luchadores como Arteaga y a los mártires de la lucha estudiantil de todos los tiempos.

(*)Ex concejal de Rosario (UCR)
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