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 domingo, 12 de junio de 2005  
Rodando. Una muestra sobre el director Werner Herzog se exhibe en Rosario
La genialidad del cine en 50 fotografías
La cámara de Beat Presser capturó al cineasta en plena acción. También se proyectan dos documentales

Motor de producciones que se convirtieron en epopeyas y lo llevaron más allá de los límites tanto del arte como de la propia naturaleza. Incansable buscador de imágenes nunca vistas que lo empujaron al extremo de exponer tanto su vida como la de su equipo. Esa fue y continúa siendo la locura y la genialidad del cineasta alemán Werner Herzog, realizador de memorables películas como "Señales de vida" -su primer largometraje-, "Fitzcarraldo", "Aguirre, la ira de Dios" y "Cobra verde". Ahora el director llega a Rosario bajo la mirada de Beat Presser, quien lo acompañó como fotógrafo en la producción de tres de sus films y cuyo trabajo se exhibe en la muestra "Herzog, la fuerza de la película".

La exposición, que ya pasó por el Museo Cinematográfico de Berlín, se instaló en el Centro Cultural Parque España de la mano del Instituto para las Relaciones con el Extranjero de Alemania y del Goethe Institut de Buenos Aires, y se expone de martes a domingos, de 15 a 20, hasta el 26 de junio.

Las más de 50 fotografías muestran al director en plena búsqueda, en medio de la selva amazónica y de las costas africanas -donde filmó tres de sus más brillantes películas-, junto a los actores que lo acompañaron en sus aventuras y en medio de la acción.

Y el catálogo de la muestra es ni más ni menos que un libro realizado por el propio Presser para sorprender al cineasta en su cumpleaños número 60, en 2002.

Además, las obras de Presser están acompañadas por la proyección de dos documentales, que se podrán ver en salas anexas a las galerías del centro cultural. "El mundo estático de cineasta", de Peter Buchka, ofrece un retrato del director. Y "Mi enemigo preferido", un documental que el propio Herzog realizó en homenaje al fallecido actor Klaus Kinski, a quien lo unió una tortuosa relación (ver aparte).


Un desafío a lo imposible
Ya en 1966 el primer largometraje de Herzog, "Señales de vida", se convirtió en un éxito al ganar el Premio Alemán a la mejor película. "Busco una nueva gramática de imágenes, imágenes inéditas hasta ahora", declaró en una oportunidad el cineasta. Y ese se convirtió justamente en el motor de producciones que se convirtieron en verdaderas odiseas.

Primero, en 1972, lo fue "Aguirre, la ira de Dios" ya con la participación de quien sería su actor predilecto, Klaus Kinski. Una película filmada en la selva del río Amazonas y donde Herzog relata la historia del conquistador español que llega a América en busca del paraíso. Continuará con la remake de "Nosferatu" y llegará después, en 1982, una de sus grandes epopeyas: "Fitzcarraldo", nuevamente en el Amazonas y con Kinski a la cabeza del elenco del que también formaba parte Claudia Cardinale.

"Es un desafío a lo imposible", la definió el propio Herzog. Allí, la locura traspasó la pantalla. Es la historia de un aventurero irlandés que busca construir una ópera en medio de la selva, lo que lleva al director en su búsqueda de imágenes nunca vistas a sacar un barco de las aguas del río para transportarlo sobre una montaña.

El propio Herzog cuenta que el rodaje "fue un caos permanente, donde pasó de todo". Desde una avioneta que cayó en pleno rodaje con varios asistentes de la producción adentro hasta un operario que talaba árboles con una sierra eléctrica y fue picado por una víbora venenosa.

"Era una chuchupe, la víbora más letal de todas. El hospital más próximo estaba a varias horas de nuestro campamento. El operario pensó, sacó cuentas y vi como levantó la sierra, encendió el motor y se rebanó el pie a la altura del tobillo para detener el veneno", relató el cineasta.

Con todo, la de "Fitzcarraldo" es recordada como una de las producciones más problemáticas en la historia del cine. No sólo por los accidentes que no fueron pocos y porque se filmó durante la temporada de lluvia más salvaje que se recuerde, sino porque además cuando la película estaba avanzada en un 40 por ciento uno de los actores principales, Jason Robards, se enfermó gravemente y desertó, y Mick Jagger -quien interpretaría otro de los personajes- abandonó la selva para irse de gira con los Rolling Stones.

Ahora las fotografías tomadas por Presser que relatan parte de estas verdaderas epopeyas están en Rosario. Imágenes que ofrecen retratos del director, su pasión y su incansable búsqueda de una nueva estética, una muestra que permite trasladarse a escenarios naturales que él eligió para sus más sobresalientes obras.


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El director alemán durante la filmación de "Cobra verde", en 1988.

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