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 sábado, 04 de junio de 2005  
Doce años de prisión por ejecutar a un ladrón
Un tribunal porteño condenó a un policía federal por matar de un tiro en la cabeza a un delincuente en enero de 2004

Buenos Aires. - Un policía federal fue condenado a 12 años de prisión por ejecutar de un balazo en la cabeza a un joven ladrón que huía tras cometer un robo en enero de 2004 en el barrio porteño de La Paternal. El Tribunal Oral Criminal 8 falló ayer por mayoría y condenó al federal Roberto Carlos Pérez Acuña por el delito de homicidio simple, en perjuicio de Facundo Justo Germán Acosta. Durante los alegatos el fiscal Luis Misculín había pedido prisión perpetua y el defensor del policía, Adolfo Casabal Elía, la absolución. La defensa anticipó que apelará el fallo ante el Tribunal de Casación.

"Durante el juicio hubo testigos que dijeron que el policía no fue quien disparó y no los tuvieron en cuenta", comentó el abogado defensor del federal. Justamente la audiencia del jueves se inició con la declaración de nuevos testigos aportados por la defensa y por eso se modificó el cronograma pospusieron para los alegatos.

El juicio oral y público se desarrolló durante dos semanas. El policía federal Pérez Acuña llegó a juicio acusado del homicidio simple de Acosta. Durante el debate se aportó como prueba de cargo fundamental una pericia que indica que el policía disparó al presunto ladrón con el arma apoyada en la cabeza, es decir que lo ejecutó, a pesar de que la defensa de Pérez Acuña siempre lo negó.

La estrategia de la defensa durante el debate fue cuestionar ese estudio forense y asegurar que el policía no lo mató, sino que fue un cómplice de Acosta quien lo hizo. El caso ocurrió el 8 de enero de 2004 cuando, según la instrucción, dos ladrones, entre ellos Acosta, asaltaron un comercio del barrio porteño de La Paternal, donde estaban Horacio Cajide y su madre, Edelma Fernández.

Para huir con el dinero de la caja, los dos ladrones que habían entrado al local, quisieron abordar un auto Peugeot 405 gris en el que los esperaba un tercer cómplice. Al parecer, uno de los ladrones alcanzó a subir al auto, pero Acosta no pudo y decidió huir a pie, momento en que comenzó a ser perseguido por el policía Pérez Acuña que circunstancialmente estaba en el lugar.

En esa persecución hubo disparos y, según la hipótesis del fiscal Misculín, el agente hirió a Acosta y cuando lo tuvo caído en el piso, lo desarmó y lo ejecutó de un balazo en la cabeza con su propia arma. Según el informe forense, "el disparo que mató a Acosta fue efectuado con la boca del arma de fuego apoyada, en contacto firme o laxo, o a lo sumo, a una distancia de entre 1 a 2 centímetros, disparo que resultó mortal". (Télam)
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