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 jueves, 26 de mayo de 2005  
Fiesta patria. En la tradicional homilía, el arzobispo de Rosario trazó un duro análisis político de la actualidad
Mirás: "Nos falta acatamiento a la Constitución y a las leyes"
Advirtió del peligro de imponer un pensamiento único, pero dijo que no fueron críticas al gobierno sino "teóricas"

Jorge Kaplán / Ovación

"Mi homilía tuvo un sentido teórico; es de laboratorio, por decirlo de alguna manera. Son verdades perennes que se pueden decir en cualquier época. No hay críticas al gobierno ni a nadie. Les pido que por favor no me busquen cosas que nunca tengo intención de decir", explicó en diálogo con la prensa el arzobispo de Rosario y titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Eduardo Mirás. Sin embargo, en su homilía del tedéum por el 195º aniversario de la Revolución de Mayo, advirtió que "el apremio por imponer el pensamiento único o el desequilibrio que produce privilegiar a determinados grupos políticos o sociales por sobre los demás producen carencia de equidad, engendrando el desorden".

También aseveró que "si el marco ético de la sociedad dependiera exclusivamente de la voluntad humana, se abriría el camino de diversas formas de totalitarismo, cualquiera sea su soporte ideológico". Y remarcó que "nos falta acatamiento a la autoridad legítima, a la Constitución y a las leyes".

La celebración del 25 de Mayo comenzó en Rosario en la plaza homónima con un acto cívico militar presidido por el intendente Miguel Lifschitz, acompañado por el presidente del Concejo, Agustín Rossi; el secretario de Medio Ambiente de la provincia, Marcelo Terencio; el diputado nacional Nelson de Lajonquiere, los diputados provinciales María Rosa Stanoevich, Carlos Castellani y Antonio Bonfatti, y dirigentes como Esteban Borgonovo y Hermes Binner, entre otros. También estuvieron autoridades militares, de las fuerzas de seguridad y diplomáticos del cuerpo consular, y participó de la formación un grupo de veteranos de Malvinas.

Lifschitz planteó que al igual que los próceres de Mayo, hoy "tenemos nuevos desafíos por la igualdad y la libertad de todos", y que "aspiramos a un futuro mejor, una Argentina que garantice seguridad, salud, empleo y educación". Para esto "es imprescindible seguir generando y fortaleciendo espacies de encuentro en los que se debatan ideas para consolidar esta democracia".

Posteriormente en la catedral se realizó el tradicional tedéum, sobre el cual se había creado expectativas en torno a la homilía de Mirás, teniendo en cuenta las recientes discordias entre el gobierno nacional y la Iglesia.

Desde el púlpito, Mirás planteó que "es bueno exteriorizar el amor por la patria en los días conmemorativos, pero es mucho más importante demostrarlo en el trabajo cotidiano, en el empeño de construir un país fraterno". Luego criticó el avance del "libertinaje", e instó a no confundirlo con la libertad.

"Si el ser humano no tiene en cuenta a la ley de Dios cuando elige termina sometiéndose a la esclavitud del desorden", advirtió Mirás, citando a San Juan, y agregó que "si el marco ético de la sociedad dependiera exclusivamente de la voluntad humana, se abriría el camino de diversas formas de totalitarismo".

También advirtió: "Estamos olvidando el sentido de la historia, la vida social se desarrolla a merced de la cultura de lo fácil, del capricho consumista que despersonaliza y acaba en la desesperanza del individualismo y la ausencia de solidaridad". Luego remarcó que "nos falta acatamiento a la autoridad legítima, a la Constitución y a las leyes, y en la sociedad no hay libertad auténtica sin autoridad y normas que enmarquen su ejercicio y orienten hacia su fin".

Mirás aseguró que "nos falta coherencia entre lo que creemos que la patria debe ser y lo que realizamos por ella; la pretendemos justa pero adherimos a la injusticia si la juzgamos poco importante; la queremos grande pero la empequeñecemos con las miserias de nuestro obrar cotidiano egoísta y falto de solidaridad".

Y en esa línea consideró que "el apremio por imponer el pensamiento único o el desequilibrio que produce privilegiar a determinados grupos políticos o sociales por sobre los demás producen carencia de equidad, engendrando el desorden".
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Mirás, ayer junto al presidente del Concejo y el intendente Lifschitz.

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