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 miércoles, 25 de mayo de 2005  
Una declaración interrumpida por la angustia
Capozuca admitió ante el juez que consumió alcohol antes de manejar, pero no recordó la mecánica de la tragedia

Matías Capozuca no pudo terminar de declarar ante el juez que investiga el trágico accidente de la madrugada del domingo en el parque Norte. El joven imputado de doble homicidio culposo y lesiones culposas dijo no recordar cómo ocurrió el hecho, admitió que esa noche había tomado alcohol y luego rompió en llanto. Por eso el responsable del juzgado, Daniel Acosta, decidió postergar la indagatoria para mañana.

En tanto, el análisis de alcoholemia practicado al muchacho de 19 años, según reveló una fuente judicial, detectó un nivel de alcohol en sangre de 2 gramos por litro, lo que supera el máximo permitido de 0,50. Además, los peritos estiman que el auto viajaba a 140 kilómetros por hora antes de estamparse contra un árbol, momento en el que la velocidad se redujo a 90 km/h. Y siguen sosteniendo la hipótesis de que el accidente fue consecuencia de una picada.

Con este panorama, el conductor seguía ayer detenido aunque el magistrado le levantó la incomunicación. Capozuca ingresó al mediodía al juzgado Correccional Nº 10 y comenzó a prestar declaración ante la fiscal Rita Schiappapietra, el juez Acosta y su defensor, Paul Krupnic. El muchacho dijo que sólo recordaba que arrancó en Callao y Rivadavia, con dos Fiat Uno a su lado, "pero no recordó la picada en sí" ni la mecánica del accidente, según puntualizó una de las fuentes consultadas. "Ratificó su declaración policial y se largó a llorar. Dijo que había tomado alcohol, cerveza y Gancia, y que su compañero (que falleció en el accidente) lo incitaba a arrancar y frenar", agregó.

La angustia y el cansancio le impidieron a Capozuca seguir hablando. Le dieron tiempo para que se tranquilizara pero el muchacho ya no pudo articular palabra. Por eso el juez decidió interrumpir la indagatoria, que quedó pendiente para mañana. Escoltado por dos policías que lo llevaron a paso rápido hasta el ascensor, el joven se fue del juzgado con la cabeza gacha. No quiso responder preguntas: se largó a llorar y escondió el rostro entre sus manos mientras dos amigos le gritaban palabras de aliento. "Hay que ser prudentes y dejar al juez trabajar tranquilo para dirimir la mecánica de los sucesos, pero hasta el momento no hay ningún elemento objetivo que acredite la existencia de una picada", dijo su abogado.

En tanto, las pericias sobre el vehículo quedaron a cargo de Gendarmería Nacional. Esa fuerza deberá analizar la caja negra del auto, que fue secuestrada, y que puede aportar información sobre las condiciones técnicas del motor. Ayer los investigadores estimaban que el vehículo circulaba a unos 140 kilómetros al iniciar el recorrido, antes de derrapar y chocar contra un árbol del parque Norte en Pueyrredón y Rivadavia.

El lunes un perito en accidentología consultado por este diario fijó en 90 km/h la velocidad a la que impactó el auto contra el último de los árboles que cruzó en su camino. Pero según fuentes del caso, el velocímetro indicaba un número mucho más alto antes de que el auto se descontrolara. Para los investigadores "hay que tener en cuenta los 51 metros de frenada y derrape, en los que el auto fue perdiendo velocidad. Lo que interesa a la investigación es la velocidad del vehículo al inicio de la marcha y no al momento de chocar contra el árbol".
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