Año CXXXVIII Nº 48727
La Ciudad
Política
Economía
El Mundo
Información Gral
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Educación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Salud 20/04
Autos 20/04
Turismo 17/04
Mujer 17/04
Economía 17/04
Señales 17/04

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 23 de abril de 2005  
Los altos índices de abandono y desgranamiento en los estudios superiores, uno de los principales temas en la agenda de preocupaciones educativas
Deserción universitaria: alternativas frente a un viejo dilema
Problemas edilicios, falta de espacios para estudiar, dificultades económicas y temor a la pérdida de lazos afectivos, algunas de las dificultades que deben sortear los estudiantes para permanecer en la universidad

Matías Loja

Los altos índices de abandono y desgranamiento en los estudios superiores son sin lugar a dudas uno de los principales escollos a sortear por la universidad pública argentina. "Muchas veces no he podido ingresar al aula, me tuve que quedar en el pasillo o no conseguí silla". "Prefiero estudiar de los apuntes de otros porque me cuesta escribir rápido, sobre todo en los teóricos, ya que los docentes no paran". Estas son algunas de las preocupaciones aportadas por estudiantes ingresantes a la universidad que se desprenden de una investigación titulada "Deserción, interrupción, discontinuidad en los estudios en la carrera de Psicología de la UNR".

"Hay una masa importante de jóvenes que recibe la facultad, que vienen con grandes ideales, con muchas ganas de estudiar, pero se encuentran con enormes dificultades económicas e institucionales que les impiden completar su proyecto universitario", describe la doctora Zulma Caballero, directora de la investigación.

Es que si bien el tema del abandono universitario no es precisamente una preocupación nueva, constituye una de las principales problemáticas de la agenda educativa nacional. Así, la permanencia universitaria es foco de innumerables iniciativas, como la articulación con la escuela media y la creación de familias de carreras, que de un tiempo a esta parte el Ministerio de Educación de la Nación viene trabajando para revertir la preocupante realidad que muestra que sólo 2 de cada 10 ingresantes a una universidad logran completar sus estudios.

La problemática, centrada fundamentalmente en el primer año de la carrera en donde la tasa de deserción alcanza en la UNR casi el 40%, también motivó a que las propias facultades generen espacios institucionales para abordarla.

"Este va a ser el tercer año en el que trabajamos con talleres, entre los meses de septiembre y octubre, con los preingresantes, con los chicos y chicas que todavía no están decididos pero que vienen a la facultad con un interés muy grande por la carrera", explica Zulma Caballero, y agrega que "esos talleres a veces son muy concurridos, con 300 o 400 personas. Y nos interesa ver cuáles son las expectativas para con la carrera y para con su futuro profesional".

De esta manera, las mismas unidades académicas desarrollan ámbitos de reflexión y debate sobre las diferentes causas que, de una u otra forma, suelen provocar el abandono. Asimismo, servicios de tutorías (a cargo de estudiantes avanzados de las carreras) y cursos gratuitos de técnicas de aprendizaje (asesorando sobre diferentes metodologías de estudio y redacción de textos), son otras de las alternativas implementadas por las distintas casas.

"Otro tema es el aprendizaje, las dificultades que ellos traen para estudiar y comprender textos. En primer año ya se encuentran con materiales que requieren instrumentos de comprensión que a veces no los poseen, porque vienen con dificultades de aprendizaje previas", señala Caballero en referencia a los problemas de lectoescritura, uno de las cuestiones más debatidas en los últimos tiempos en referencia a los obstáculos acarreados desde el secundario.

Por su parte, para Miguel Gómez, integrante del proyecto de investigación, otra de las instancias creadas para avanzar en la temática es la relacionada con la asistencia psicológica para estudiantes, espacio que funciona en varias unidades académicas de Rosario.


Emergencia edilicia
En innumerable cantidad de veces, el rector de la UNR, Ricardo Suárez, ha remarcado su preocupación por las condiciones edilicias de las distintas facultades a raíz, en parte, a las reiteradas postergaciones presupuestarias que la casa de altos estudios local viene sufriendo por parte de Estado.

Ante esto, la emergencia edilicia que alcanza a varias casas también es, según los autores de la investigación, un motivo más de deserción.

"En Psicología, por ejemplo, tenemos casi 7.000 alumnos en la facultad. Y el edificio no soporta esta cantidad de gente. Por eso uno de los motivos de la deserción es esta precariedad económica de facultad, que no se contemple que acá están viniendo tantos estudiantes", sentencia la doctora Caballero.

A su vez, el factor económico es otra de las variables a tener en cuenta a la hora de buscar las causas de la deserción universitaria. Aunque si bien existen distintos programas de becas estudiantiles (de transporte, comida y alimento), aún son escasos los recursos para afrontar la problemática en una universidad, como la rosarina, que ha visto crecer considerablemente su matrícula en la última década.

Con 75.000 alumnos cursando anualmente en alguna de las 12 facultades que posee la UNR, casi la mitad de los estudiantes debe trabajar para sostener sus estudios, lo cual provoca, muchas veces, la necesidad de interrumpir o alargar la cursada de la carrera, situación que se ve profundizada por la rigidez y estrechez de los planes de estudios de algunas disciplinas, que impiden en la mayoría de los casos culminar los estudios en tiempo y forma.

Finalmente, la precariedad laboral que atraviesa a la mayoría de las profesiones genera desencanto, angustia y fuertes decepciones en los universitarios, motivando también el replanteo acerca de la conveniencia de continuar cursando las carreras. "El estudiante, que en primer año llega con un fuerte idealismo acerca de su profesión, se va enterando de las dificultades como futuro profesional. Entonces pareciera que se va preparando para trabajar ad honorem, para el trabajo precario, el trabajo chatarra", puntualiza Caballero, pero aclara que "pese a ello, muchos están dispuestos, mantienen esa posición ética y solidaria de trabajo futuro, o trabajo comunitario. Pero en ocasiones ni siquiera esas posibilidades se les dan, porque muchas veces hay cotos muy cerrados en los distintos estamentos del Estado, que no aprovechan los recursos que la universidad está formando".
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El 46% de los nuevos alumnos de la UNR proviene de otras localidades.

Notas Relacionadas
El desarraigo y las dificultades culturales

Residencias estudiantiles



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados