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 sábado, 05 de marzo de 2005  
Un herido en una reyerta entre ladrones y clientes en un quiosco
Para impedir un robo, amigos de la dueña pelearon con los asaltantes. Uno de éstos sacó un arma e hizo varios disparos

Un muchacho de 21 años fue baleado en una pierna cuando dos hombres y una mujer irrumpieron con intenciones de robo en un maxiquiosco de Superí al 1600, en la zona norte de la ciudad. La víctima se encontraba con unos amigos disfrutando de una gaseosa luego de haber compartido un picadito de fútbol y de golpe se encontraron en medio de una balacera. Los autores del violento episodio lograron escapar en moto y bicicleta y hasta ayer no habían sido identificados por la policía.

Todo ocurrió a las 23.15 del jueves. El joven herido contó a La Capital la historia, pero pidió que su nombre se mantuviera en reserva y que su foto no fuera publicada. Ayer a la mañana apenas se podía mover por la bota de yeso que le colocaron en la pierna izquierda para inmovilizarla hasta el momento en que le extraigan el proyectil. Pero además de dolor, admitió estar muy asustado. Teme que los delincuentes sean del barrio y puedan tomar alguna represalia.

El negocio asaltado queda en Superí 1662. La dueña es Andrea Moreno, de 24 años. A esa hora de la noche, la chica se encontraba con unos amigos del barrio. Entre ellos cuales estaba N.G., quien estaba con un grupo de compañeros con los cuales había compartido un partido al fútbol momentos antes. En total había cuatro personas.

N.G. recordó que aún tenía colocados los botines de fútbol y todos estaban tomando una gaseosa para refrescarse después del partido. "En eso aparecieron dos tipos y una mina. Al principio no llegaron a mostrar un arma, pero fueron derecho hacia la dueña y le pidieron la plata", recordó el joven, aguantando el dolor agudo que le provenía de la zona baleada. La secuencia que siguió a la entrada del trío fue tan breve como violenta.

Al parecer todo se complicó cuando uno de los clientes reconoció a uno de los hombres y le dijo: "Dejate de hinchar. Mirá que te conocemos, no vengás a romper las pelotas acá". Así se desató una pelea dentro del local. Uno de los delincuentes le aplicó un puñetazo a N.G. y en defensa de éste salió un amigo que arrojó una banqueta contra los hampones.

Entonces sobrevino el momento más tenso. Uno de los ladrones desenfundó un revólver que sería calibre 22 y comenzó a tirar a diestra y siniestra, aunque siempre hacia abajo. N.G. intentó salir a la calle en busca de refugio, pero un proyectil le dio en el empeine izquierdo.

La víctima llegó a contar seis disparos. "Creo que vació el cargador. Mis amigos se tiraron todos cuerpo a tierra y comenzaron a arrastrarse por el piso. Pensé que nos mataba a todos", sostuvo el muchacho sin disimular la cara de susto.

Una de las balas atravesó uno de los mostradores de vidrio a unos cincuenta centímetros del piso. Enseguida, los agresores salieron a la calle y escaparon por los mismos medios en que llegaron. La víctima fue socorrida por sus amigos, que lo cargaron en un taxi y lo llevaron al Hospital Alberdi. De allí lo derivaron a un sanatorio privado, donde ayer a la tarde lo iban a operar para sacarle proyectil del pie. Mientras tanto, el pibe prefirió no hablar más del tema. "Tengo miedo de que sean del barrio. Acá tenés que andar con cinco ojos para que no te pase nada", concluyó.
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Los testigos indicaron que se dispararon entre seis y ocho tiros.

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