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 miércoles, 02 de marzo de 2005  
Primera B
Argentino no fue menos que Tigre pero perdió
Los salaítos cayeron 2 a 1 ante el líder en Isla Victoria

Rodolfo Montes / Ovación

No pudo ser como en el relato bíblico, donde el débil David mata al poderoso Goliat de una pedrada en la cabeza. No pudo ser. El punto fue punto, y la banca, banca. Argentino llegó a Victoria en estado de desgracia, casi como partener para el divertimento del poderoso puntero local. Tigre, por el contrario, gana y goza. Y vive en estado de gracia. Devorando rivales. Pese a todo, casi nada resultó lo que parecía. La derrota salaíta por 2 a 1 tuvo un precio alto para el líder de la B. No se vio sobre el césped el abismo que suponen la punta y el fondo de la tabla de posiciones.

Eso sí, no se discute que Tigre ganó bien. Sobre todo por su mayor rigor táctico en las áreas, su velocidad en los metros finales, y su claro predominio en el juego aéreo. Lo ganó porque encontró el gol en una jugada de pelota parada justo cuando el albo usufructuaba la tenencia del balón y desplegaba técnica de potrero desde los pies de Juan Díaz.

Argentino se prodigaba con prolijidad, agrupado, respetando el texto del manual del buen fútbol, pero no sabía provocar el espasmo final desde tres cuartos hasta el arco local.

La movilidad salaíta en el primer tiempo pasó en buena medida por los pies de Formica, que se las arregló para jugar en los dos campos. Pero cuando la impaciencia empezaba a incomodar al dueño casa llegó el gol de Krikorian sobre la media hora del partido.

Y en el inicio del segundo tiempo Arriola aprovechó una falla por un rechazo de Ledesma y decretó el 2 a 0. Después pudo llegar la goleada. Argentino no bajó los brazos, peleó y peleó. Pero arriesgó cada vez más en su búsqueda de, al menos, el gol honorífico que llegó cuando se jugaba tiempo de descuento, a través de un penal ejecutado por Walter Ledesma.

Derrota digna para Argentino. Tiene jugadores, tiene juego, pone ganas. Le falta punch y mayor orden defensivo. Pero puede encontrar resultados.
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Sandro Sánchez no tuvo peso ofensivo.

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