Lavagna no avala que se ajuste el salario por inflación

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, analizó ayer con la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) los indicadores que podrían fijarse como punto de referencia para la discusión de salarios, además de repasar la evolución de la inflación y la situación del proyecto que prevé una rebaja del impuesto al cheque para la obras sociales.

Durante la reunión en el Palacio de Hacienda, que se prolongó durante dos horas, Lavagna planteó al triunvirato que conduce la central obrera integrado por Hugo Moyano, Susana Rueda y José Luis Lingeri, sus reservas a un ajuste de los salarios por inflación, según trascendió, pese a la reserva de la reunión.

El encuentro, el primero con Lavagna luego que la CGT y el sector empresario oficializaron su decisión de comenzar a discutir cuestiones salariales, coincide con la ratificación de que en 2005 la inflación tendrá un "suba un poquito mayor" que la del 2004 y que habrá "posibles ajustes de tarifas", según reconoció ayer el jefe del Palacio de Hacienda.

El ministro, según revelaron las fuentes, afirmó la necesidad de encontrar mecanismos de concertación en base a la productividad y el salario, aunque mantuvo como marco general la idea de aumentar el empleo y el poder adquisitivo de los salarios para reactivar el mercado interno.

La semana pasada, la cúpula de la CGT había manifestado su rechazo al ajuste de los salarios mediante un sistema de bandas que incluyan a la productividad y la inflación como parámetros, mecanismo que cuenta con el visto buenos de los industriales de la UIA.

Por otra parte, las fuentes revelaron que Lavagna reiteró a los sindicalistas que el desempleo cayó en la última medición de diciembre al 11,9 por ciento, contra el 14,5 por ciento de igual mes de 2003, y que el empleo industrial creció un 10,2 por ciento durante 2004, su mayor aumento interanual desde 1970.

En este marco de mayor empleo, el titular del Palacio de Hacienda destacó que los operarios lograron durante 2004 una mejora del 24,9 por ciento en sus salarios nominales, contra una inflación que rondó el 7 por ciento.