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 domingo, 30 de enero de 2005  
¿Cuánto cuesta un yuan?

Daniel Busto

"El que se aburre de los mercados porque le parecen fríos, es que no es buen observador, por no saber operar" diría Rilke. Precisamente no es eufonía lo que se escucha en el sistema: China desmiente estar vendiendo renta pública estadounidense; Japón es un viejo intervencionista en el mercado de cambio y en la Unión Europea se habla de desmontar el Estado de bienestar. Y agregan: "Hay que acercar nuestra estructura salarial y de costos a la de los países con los que competimos". Estados Unidos pone en vigencia una frase famosa de Richard Nixon: "Es nuestra moneda, pero es vuestro problema". Las palabras son una forma de intervenir el mercado.

La subida paulatina de los tipos de interés que ya ha comenzado Alan Greenspan, pone fin a un carry trade generalizado, que se presenta como operación desapalancamiento, una purificación, si se quiere, de gran alcance. En tanto, la actividad de China que creció cerca de los dos dígitos en los últimos años comienza a estar limitada.


El pasado que fue, el futuro que toca
Presionada por visos de inflación y por las potencias industrializadas -EEUU, Unión Europea y Japón- para que revalúe el yuan y libere el sistema cambiario, China comienza a dudar.

En 1994 el gobierno chino reformó la anterior Administración Estatal para el control de Divisas (AECD) y creó el Mercado Nacional de Swap de Divisas, hecho que ejerció una importante influencia en el desarrollo de la economía, la reforma y la apertura del gigante asiático. Gracias a este sistema de tasa flotante administrada, el tipo de cambio se establece sobre la base de la oferta y demanda en el mercado de divisas de Shanghai, pero con intervención estatal. Es decir el Banco Central puede influir en el mercado.

Desde entonces la paridad (RMB-dólar estadounidense) se ha mantenido prácticamente fija, entre los 8,27 y 8,28 yuanes por dólar, con un margen máximo del uno por ciento. El análisis de los distintos regímenes cambiarios (fijos, flotantes e intermedios) ha sido y es un tema tan reiterado como controvertido.

¿Cuál será la evolución de la política cambiaria china? Ese es el gran tema mundial, la pregunta del millón. Para China rinminbi (RMB o yuan) significa "la modernidad de la gente", en cambio para Occidente se traducirá como el boleto de entrada a la tierra de los salarios bajos. El tema es recurrente desde el estallido de la crisis asiática del 1997; en aquel y en este momento no se sabe cuál es el tipo de cambio idóneo para la divisa asiática. Ya sea por libre convertibilidad o sólo una revaluación de la moneda, su posicionamiento traerá ingentes cambios, además de afectar a la economía internacional. No hay que olvidarse que una China económicamente fuerte y con mayor espacio político despierta temor en las grandes potencias.

Si China mueve el dial con reservas estimadas en más de 450.000 millones de dólares y los Hedges Fund con 900.000 millones de dólares en activos financieros va ser muy difícil intervenir en los mercados de cambio. Un elefante y un gorila se mueven en el ring.

El déficit comercial y fiscal de los intervinientes en las distintas áreas repercutirá en el precio del dinero, según presionen los tipos de cambios. No debería sorprender que el oro haya sobrepasado los 450 dólares la onza. India, la mayor democracia del mundo, es otro capítulo. Por estos lares, Brasil ya está pensando en mover fichas.
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