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 miércoles, 29 de diciembre de 2004  
Tergiversación de rubro. El local de Córdoba al 3400 estaba habilitado como cabaret
El municipio clausuró el bar La Rosa porque funcionaba como prostíbulo
Inspectores del municipio encontraron en el comercio "boxes" donde se ofrecían servicios sexuales

La Municipalidad clausuró el Sexy Bar La Rosa después de que agentes de la Dirección de Inspección del municipio constataran que en el local de Córdoba 3455 existían "boxes" donde se ofrecían servicios sexuales. Si bien el comercio esta abierto desde hace unos dos años, recién consiguió su habilitación en septiembre de 2003 bajo el rubro de "cabaret", aunque en el mundo de la noche es vox pópuli que en realidad funciona como un prostíbulo, actividad prohibida en la ciudad desde hace décadas.

La inspección se realizó un viernes por la noche, hace exactamente doce días. Además de los agentes municipales, participaron del operativo efectivos del Cuerpo de Guardia de Infantería de la policía provincial y personal del Juzgado de Faltas Nº2.

El motivo de la clausura fue la "tergiversación de rubro", es decir la explotación de servicios no estipulados por el permiso de habilitación. Concretamente, "en el local había una serie de boxes donde las chicas podían mantener relaciones con los clientes", explicó el director de Inspección del municipio, Claudio Canalis.

Por esto, ayer el Tribunal Municipal de Faltas dispuso una nueva inspección en el local con el objetivo de cerciorarse que se hubieran eliminado estos espacios antes de disponer el fin de la sanción y estipular la multa correspondiente.

De acuerdo a los registros del municipio, La Rosa obtuvo su habilitación el 19 de septiembre del año pasado bajo el rubro de "cabaret", definido por ordenanza como "locales donde se difunde música con actividad bailable donde interviene personal contratado para bailar o alternar con los concurrente".

Sin embargo, el local está abierto desde tiempo antes. Ya en julio del año pasado en los medios locales se publicaban avisos del lugar que decían: "La Rosa Sexy Bar. Novedad. Diariamente desde las 17".

Es más, ya el 29 de julio de 2003, los vecinos de calle Córdoba, Iriondo, pasaje Gould, Cafferata y Rioja se habían manifestado en contra de la apertura del bar en dos notas que entregaron en la Municipalidad y en el Concejo quejándose de "las continuas molestias, perjuicios y alteraciones" producidas por la actividad del establecimiento como "el alto volumen de la música, la presencia de personas en estado de ebriedad que son clientes del comercio y la aparición de enormes cantidades de profilácticos usados esparcidos por las veredas aledañas" (ver aparte).

Ubicado a 50 metros de la terminal de ómnibus, al costado del Patio de la Madera y enfrente a un local de Mc Donalds, la presencia de La Rosa no pasa desapercibida. Aunque en su frente de chapas acanaladas no está escrito el nombre del local, nadie desconoce ni su dirección ni lo que sucede adentro.

"En el local hay dos barras y a sus costados dos puertas que conducen a donde están las habitaciones de las chicas", recordó un habitué. Otro, aún más memorioso, contó también que en algunas oportunidades junto a la entrada se entregaba un número para el sorteo -ya sobre la madrugada- de los servicios de una travesti.

Es más, el 15 de febrero de este año, en una investigación sobre el negocio de la prostitución, La Capital ya había publicado cómo era el funcionamiento del lugar.

"A diferencia de otros sitios donde las chicas se exhiben y concretan las citas para luego irse a un hotel, el nuevo emprendimiento tiene allí mismo las habitaciones para consumar las relaciones sexuales", aseguraba el informe periodístico.

Al mismo tiempo la nota daba cuenta de que toda esta actividad quedaba debidamente registrada en una computadora, donde se almacenaban los horarios, el número de habitación y el nombre de la mujer, a quien correspondía la mitad de lo que pagaba el cliente por el servicio.

Más o menos lo mismo que comprobó la inspección que Municipalidad, Justicia y policía realizaron hace dos semanas.
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Las inspecciones descubrieron que se ofrecían servicios sexuales.

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