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 miércoles, 17 de noviembre de 2004  
Rechazo popular y político contra el reemplazo de dos jefes policiales
Dos mil cañadenses salieron a respaldar al comisario Leiva. Los casildenses no quieren que saquen a Aniceto Morán

Walter Gasparetti-Gustavo Orellano / La Capital

Cañada de Gómez.- La decisión del Ministerio de Gobierno de relevar al jefe de la Unidad Regional X, con asiento en esta ciudad, y reemplazarlo por el titular de la fuerza con sede en Casilda, motivó el repudio popular y de figuras políticas contra la medida en una reacción sin precedentes en este ámbito del gobierno santafesino.

En Cañada de Gómez más de 2.000 personas se concentraron anoche frente a la Jefatura para pedir por la restitución del comisario general Luis Leiva, quien ayer fue reemplazado en el cargo del departamento Iriondo por Aniceto Morán, otro alto jefe policial que se venía desempeñando exitosamente en Casilda como responsable de la policía del departamento Caseros, donde las autoridades civiles además de expresar su desacuerdo boicotearon la asunción al no asistir al acto que era presidido por la jefa de la fuerza, Leyla Perasso (ver aparte).

La convocatoria cañadense fue lanzada por la cooperadora policial apenas se supo que Leiva iba a ser desplazado. Inmediatamente se sumaron dirigentes de otras instituciones y vecinos para apoyar al policía cañadense. La movilización fue una inédita demostración de solidaridad hacia un jefe de policía, si se considera el desprestigio que hoy tiene la fuerza.

Luego de pronunciar cánticos como "Leiva no se va", gran cantidad de manifestantes ingresó a la Jefatura para ser atendidos por la jefa provincial, Leyla Perasso. La funcionaria pretendió dialogar con un grupo de representantes, pero ante la insistencia de los pobladores se vio obligada a referirse sobre tema públicamente a través de un megáfono.

"Voy a trasmitir el pedido de ustedes al Ministerio de Gobierno. Entiendo que Leiva es un policía que no tiene ninguna imputación judicial, pero estamos ante una institución verticalista que hay que respetar. La política de seguridad la fijan quienes gobiernan Santa Fe", dijo.

Las palabras de Perasso no conformaron a los asistentes, quienes continuaron exigiendo la restitución de Leiva. "Prometo dialogar con el gobernador, pero esto excede mis atribuciones", contestó Perasso. Los manifestantes prometieron hacer actos similares hasta tanto restituyan al policía cañadense.

El malestar de la comunidad comenzó cuando trascendió de fuentes confiables de la Jefatura que "el desplazamiento de Leiva sobrevino luego del impacto que tuvieron sus declaraciones en el ámbito del gobierno provincial". Leiva había dicho ante un grupo de vecinos que "la implementación de la Patrulla Urbana no había dado buenos resultados en Cañada de Gómez".

Esos términos los había expresado en una reunión convocada por los miembros de la vecinal 9 de Julio, en el Sindicato de Oficios Varios. En ese ámbito, Leiva hizo una especie de autocrítica al expresar que tiene "serias dificultades en cuanto a la cantidad de uniformados y móviles policiales para combatir el delito".

El desplazamiento de Leiva también generó malestar en la comisión directiva del Centro Económico, cuyos integrantes venían solicitando "a un oficial de Cañada de Gómez para la titularidad de la fuerza". Expresaron en un comunicado que "la falta de autocrítica de la fuerza policial arrastra a una persona que levanta su voz para hacer conocer su opinión".

Y añadieron que "este proceder de la cúpula policial no sólo le cuesta el descrédito en nuestra comunidad sino que no sirve, pues revela su incapacidad para afrontar sus problemas desde otra óptica. Mientras la política sigue manejando códigos anacrónicos, la población trata de adaptarse diariamente a las nuevas formas de convivencia".

Los miembros de la cooperadora policial opinaron que "Leiva no merece irse por la puerta trasera, debido a que es una persona de bien que estaba dispuesta a trabajar a favor de la comunidad", y recordaron que "su presencia en la fuerza había sido solicitada por las instituciones de Cañada de Gómez".

Resaltaron que la Patrulla Urbana "es una fantochada política", y argumentaron esa apreciación en que "no tiene otra explicación el hecho de poner a dos personas paradas al lado de un móvil y que no puedan actuar si un delincuente le pasa a diez metros".

"Es increíble que lo hayan echado por decir una verdad: la Patrulla Urbana trajo problemas debido a que se tuvieron que transferir uniformados del Comando Radioeléctrico a ese nuevo sistema", dijo uno de los miembros de la cooperadora, tras aseverar que "la mejor idea que tuvo un funcionario sentado en un sillón en Santa Fe fue cambiarlo".

"Ahora viene alguien que no conocemos. Leiva vive en Cañada de Gómez y si algo no funciona podemos golpear las puertas de su casa", añadieron molestos tras preguntar: "¿A quién le vamos a reclamar ahora si nuestras quejas no son escuchadas?".
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"Leiva no se va", reclamaban los vecinos cañadenses.

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