Rosario vuelve a tener protagonismo

Tras la época pretérita en la que Buenos Aires era sólo una aldea con calles de tierra que no contaba ni siquiera con un muelle, mientras que otros puntos como Tucumán y Córdoba eran ciudades importantes que lucían buenos adelantos edilicios, solo dos poblaciones pudieron pretender rivalizarla: La Plata, que Dardo Rocha supuso ingenuamente que llegaría a eclipsarla, y Rosario, que Urquiza había soñado como la gran capital de la Confederación como lo consigna el nombre del Decano de la Prensa Argentina. Los rosarinos -que sin embargo son devotos belgranianos y sólo tímidos urquicistas- representan juntamente con los porteños la gran inmigración española e italiana del siglo XIX en lugar de la descendencia colonial como muchas de las ciudades del interior. Hoy Rosario vuelve a desempeñar un rol protagónico, tanto en el plano económico con el mayor índice de crecimiento del país como en el cultural como sede del Congreso de la Lengua Española.

Jorge H. Nogueira