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 sábado, 16 de octubre de 2004

La integración, pilar del trabajo de la Escuela Especial Nº 2.010
Un equipo interdisciplinario encara el proyecto que,en general, alcanza buenos resultados

Fabiana Monti / La Capital

Integrar a chicos con necesidades educativas especiales a escuelas comunes es el trabajo que por más de quince años viene realizando la Escuela Especial Nº 2.010 Profesor Martín Herrera (Ovidio Lagos 285). Un trabajo que se sostienen en forma interdisciplinaria, docentes, fonoaudiólogos, psicólogos y psiquiatras, en doce escuelas de Rosario.

"Se empezó en el año 1989 con grados radiales y una experiencia con la Escuela Nº 560 de la zona sur. Después, con la sanción de la ley federal de educación en 1993, que promueve la integración, se legitima y se empieza a hacer este proyecto integrador de manera más programada", explica Silvia Ingaramo, fonoaudióloga. De inmediato indica que, si bien en un primer momento desde la institución se demandaba a la escuela común hacer integraciones, en los últimos años han observado cómo han crecido las demandas de las escuelas comunes por problemas con chicos con dificultades.

Los miembros del equipo de integración de la Escuela Nº2.010 señalan que uno de los temas principales en este proceso es el compromiso entre las instituciones y los padres de los alumnos, a la vez que resaltan la importancia de que las estrategias sean diferentes de acuerdo a la problemática de cada chico. "Cada niño es un mundo, por eso no se puede integrar indiscriminadamente", apunta Mirta González, psicóloga.

González agrega: "Primero se hace un diagnóstico presuntivo; hablamos con la escuela común para ver qué grado de apertura tiene y luego enviamos a la maestra especial. De acuerdo a ese diagnóstico, se define una estrategia o bien acompañando al alumno o sino apoyando al docente para que él pueda hacer la propia. De todas maneras desde nuestra institución se van haciendo los controles para ir evaluando cómo va el proceso".

Si bien señalan que en algunos casos hay obstáculos de índole subjetivo para lograr la integración, en general da buenos resultados, más aún si se comienza en el nivel inicial.

"La mayor dificultad la tienen los adultos que se asustan con las diferencias. En general, es con las escuelas de la periferia, que mayores problemáticas tienen con las que mejor trabajamos", indicaron las profesionales.


Aniversario
La escuela, que este año cumplió su 50º aniversario, tiene una matrícula de 150 alumnos en la planta y alrededor de 90 chicos que están en procesos de integración en doce escuelas de Rosario. Trabajan con chicos desde los 5 años de edad hasta los 14. Posee un consultorio externo donde atiende a las demandas de las escuelas comunes dentro del radio que le fue asignado.

En el plantel, cuentan con dos equipos interdisciplinarios y 12 maestros integradores. Precisamente sobre estos últimos, los especialistas destacaron el rol fundamental que tienen en el trabajo integrativo. "Somos los mediadores entre las necesidades del niño, los aprendizajes escolares y el docente del aula. También entre la escuela y la familia", especificó Patricia Todesco, una docente que cumple esa función y rescató que el hecho de trabajar en equipo les da mayores posibilidades de abordaje a las distintas problemáticas.

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El rol del maestro es el de mediador.

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