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 sábado, 25 de septiembre de 2004

Interminable debate de la UCR por la presidencia de la convención nacional
Stubrin y el Changui Cáceres disputaban la conducción en un clima enrarecido y con denuncias de fraude

La convención nacional del radicalismo sesionaba al cierre de esta edición, luego de lograr el quórum de 176 convencionales exigidos para la apertura del debate aunque uno de los candidatos a la presidencia de ese órgano partidario, Luis Changui Cáceres, denunció que algunos de los convencionales son "truchos".

La convención sesionaba en medio de un marcado clima de confrontación ideológica entre lo que se denomina la centroizquierda, representada por el alfonsinismo que apoya a Changui Cáceres y la supuesta derecha encarnada por Adolfo Stubrin que tiene el respaldo del titular del comité nacional, Angel Rozas. Ambos candidatos a presidir el cuerpo tienen en común una larga militancia en el radicalismo y su origen santafesino.

Poco antes de iniciarse el debate, Cáceres exigió al comité nacional que la votación fuera secreta mediante el uso de una urna porque "existe la presunción de que las autoridades del partido están operando a favor de uno de los candidatos, Adolfo Stubrin" y agregó que "nosotros creemos que mediante ese método, se transparentaría la elección porque cada uno votaría a conciencia".

No obstante las autoridades partidarias rechazaron la exigencia de Cáceres lo que derivaría en la votación nominal del candidato a la presidencia de la convención. De hecho, se presume que en una votación nominal se elimina la posibilidad de que participen delegados "truchos".

El recinto donde sesionan los convencionales, en la sede de la UCR Capital, estaba colmado por algunas barras, como por ejemplo jóvenes radicales denominados "Los irrompibles" que corearon consignas a favor de Raúl Alfonsín y vocearon un antiguo cántico de las primavera democrática: "Alerta que camina el changuicacerismo por América latina".

Al ingresar a la sede del Comité Capital, el diputado Leopoldo Moreau, que milita en las filas del changuicacerismo fue tajante: "Aquí se definen dos modelos de partido, uno nacional con base socialdemócrata y otro que puede ser el furgón de cola de la centroderecha, es decir de Ricardo López Murphy, que pretende crear un frente antiperonista".

Por su parte el convencional Juan Pablo Baylac retrucó las expresiones de Moreau al señalar que "no se puede hablar de derecha o izquierda en esta convención, que el partido esté dirimiendo esa cuestión ideológica. Aquí hay que entender que Adolfo Stubrin representa la expresión de un partido moderno que busca sacarlo de la crisis en la que se encuentra".

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Cáceres quiere volver al primer plano.

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