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 domingo, 05 de septiembre de 2004

Mitos y verdades sobre el movimiento Quebracho
Nació en los 90, sospechado de ser funcional a la derecha. "La violencia es por la injusticia", responden

Javier Felcaro / La Capital

Surgido en los 90, el Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho irrumpió en escena como protagonista de protestas no menos violentas que las del martes pasado, cuando la histórica Plaza de Mayo volvió a ser epicentro de incidentes por la visita del director gerente del FMI, Rodrigo Rato.

Promediando la primera década del tercer milenio, la Justicia y el gobierno están tras los pasos de su líder, Fernando Esteche, y otros miembros de la cúpula que se mantienen prófugos. El viernes cayó el vocero de la agrupación, Gustavo Franquet.

El MPR Quebracho salió a la luz gracias a un pacto entre varias organizaciones, una de las cuales tenía el mismo nombre y estaba en actividad desde el 1993. Antecesor del fenómeno piquetero, fue cimentando su perfil duro.

Bombas panfletarias, pintadas revolucionarias, capuchas y palos condimentaron las marchas antinorteamericanas y los choques con la policía. Actualmente el movimiento mantiene vínculos con la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón.

En los últimos meses Quebracho marcó presencia en el prolongado ataque a la Legislatura porteña. Además, sus integrantes se concentraron en el patio de armas del Edificio Libertador (sede del Ejército) para repudiar el envío de tropas a Haití.

Vía Internet (en el sitio www.quebracho.org.ar), quienes militan en el movimiento se definieron como "patriotas revolucionarios" y destacaron que la organización "lucha por la liberación nacional y social" del país. También consideraron que, "sin poder real, participar de la contienda electoral es facilitar el montaje de un juego tramposo".

Su debut formal fue en 1994, durante la convocatoria y movilización número 100 de los jubilados: se desbordó el cordón policial y los manifestantes apedrearon la Casa Rosada. Hubo heridos y arrestados.

El gobierno de Carlos Menem fue blanco de varias marchas de las que participó Quebracho, con idéntico saldo. Una vez el riojano se molestó con el movimiento, pero por cómo tergiversaba las virtudes del árbol homónimo. "Esa madera tan noble y fuerte, que nos acompaña desde siempre", dijo.

Al mismo tiempo los rumores tomaron cuerpo: que sus militantes estaban más cerca de la violencia profesional que de la férrea defensa de los ideales que proclamaban, con el plus de ser un imán para servicios de inteligencia estatales. O que la organización era un producto perfectamente ensamblado para mantener alerta a la opinión pública y activas a las fuerzas de seguridad.

"Mucho se dice de Quebracho y muchas son las calumnias que los grandes medios de comunicación y los charlatanes imprudentes hacen circular, pero es poco lo que se conoce de él por su propia voz. Por eso publicamos este reportaje", replica el movimiento en su página web.

Según el comunicado, o autorreportaje anónimo, "el único violento es el sistema". Y destaca: "La causa de la violencia es la injusticia. Nosotros no estamos en contra de la violencia en manos del pueblo. Creemos que la violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia".

Sin embargo, para el periodista Hernán López Echagüe, quien estudió a fondo a los piqueteros, no es la primera vez que una determinada metodología termina siendo funcional a la derecha.

Tampoco que se infiltre algún servicio de inteligencia. Por eso recordó la foto de un agente de la Side, difundida por una revista porteña, rompiendo la vidriera de la sastrería Modart durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Pocos días antes de los enfrentamientos a metros de Balcarce 50, Quebracho había concretado su última aparición pública, durante la movilización en respaldo al supuesto integrante de ETA cuya extradición a España rechazó la Justicia.

A través de la red de redes, Quebracho pide hoy "Libertad a los presos políticos, no a la represión", junto a la consigna "Unir a los que luchan, construir poder popular y desarrollar la rebelión".

Para interpretar lo que acaba de ocurrir y, tal vez, lo que pueda pasar, basta con la conclusión a la que el movimiento llegó en mayo, a doce meses de la asunción del presidente Néstor Kirchner: "Un año de continuismo entreguista".

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Militantes de Quebracho chocaron el martes con la policía cerca de la Casa Rosada.

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