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 sábado, 24 de julio de 2004

Campaña de Responde por dos poblaciones santafesinas
La innovación, al rescate de los pueblos en riesgo de desaparecer
El rescate histórico y el ingreso a la modernidad como estrategia para recuperar a las localidades en peligro

El censo 2001 registró que 60 pueblos desaparecieron en poco más de 10 años. Y se estima que más de 600 podrían correr la misma suerte si no se hace nada al respecto. Muchos de ellos están distribuidos en el corazón de la pampa húmeda, la región más rica del país. El desmantelamiento del ferrocarril, el cierre de fábricas, la difusión de la cultura urbana y la misma dinámica productiva del sector agropecuario, con sus consecuencias en la caída del empleo rural directo, son algunas de las causas que confluyen para empujar la agonía de estas comunidades.

Desde el año 1999, la asociación civil Responde (Recuperación social de Poblados rurales que Desaparecen), viene trabajando con distintos programas para rescatar a estas poblaciones, a través del rescate de su historia y de iniciativas innovadoras. En los últimos tiempos, la asociación puso en la mira la situación de dos pueblos del sur de Santa Fe, Godoy y Oratorio Morante, del departamento Constitución.Amelia Miroli, de Responde, recordó que la misión principal de la asociación es la recuperación social de los pueblos. "Nos ocupamos básicamente de que los pobladores encuentren nuevas razones de supervivencia, en primer lugar, pero básicamente que recuperen su orgullo y su esperanza para hacer cosas innovadoras", señaló.

-¿Cuáles son las causas de las desaparición de un pueblo?

-Hay muchísimas razones. Una muy fuerte es que muchos de estos pueblos surgieron a la vera del tren. Otra es la reconversión de la economía rural, donde ya no existe la necesidad de mano de obra que había antes. También hay otras razones que dependen directamente de la acción del Estado. En muchos de estos pueblos apenas se puede salir si cae una lluvia. Y sumaría otra razón, que coadyuva: una cierta pasividad, un esperar permanente, que anula la capacidad de creatividad e innovación. Eso también atenta contra la vida de los pueblos. En el trabajo realizado por la asociación, por ejemplo, vemos que cuando el pueblo asume su crisis y comienza a actuar en consecuencia, muchas veces el entusiasmo parte del que siempre fue considerado el loco del pueblo.

-¿En qué región aparece con más fuerza el problema?

-De los casos que tenemos detectados, la mayoría son la pampa húmeda. Lo que no deja de ser una paradoja infernal, porque estamos hablando de una región altamente productiva. Pero también, aunque menos, tenemos casos en el sur y en el NOA.

-¿Con qué programas trabajan?

-Uno de los programas más fuertes es la reconversión al turismo rural, a partir del cual se adaptan las casas, la infraestructura del pueblo, muchas veces ociosa, para abrirlas a los visitantes. Esto implica también una acción capacitadora en hotelería, turismo, contaduría. Y tratamos de que conectar a la población con las direcciones de turismo de las provincias. Otro programa tiene que ver con los pueblos artesanos, donde se rescatan antiguos saberes, recuperando actividades que tienen valor de comercialización y que a su vez permiten generar un circuito de capacitación.

-¿Qué experiencias exitosas tienen?

-Nuestra primera experiencia fue en Entre Ríos, en Irazusta y Parera, dos pueblos muy cercanos uno del otro. Estos pueblos se reconvirtieron al turismo rural y hoy figuran incluso en guías de turismo europeas. Y trabajan conjuntamente. Irazusta pone el hospedaje y Parera la propuesta gastronómica. Hay un paseo cultural y uno social, son dos vías preparadas para recibir a los visitantes, que conocen las historias del pueblo, de las familias, las anécdotas. Ahora estamos trabajando en dos pueblos del sur de Santa Fe, como Godoy y Oratorio Morante, con el mismo eje. Justamente la particularidad de esos pueblos es que cerca de allí transcurrieron las batallas de Cepeda y Pavón entre la Confederación Argentina y la provincia de Buenos Aires. En Oratorio Morante, incluso, hay un cementerio histórico donde fueron enterrados muchos de los que combatieron esas batallas. Entonces lo que hicimos fue sacar un concurso de investigación histórica para estudiantes secundarios. Para que rescaten esas historias, que a su vez serán la base para el trabajo de los futuros guías turísticos de la región. Siempre tratamos de innovar. Es lógica elemental: sólo haciendo algo nuevo y distinto, se pueden poner en funcionamiento otras posibilidades.

-¿El turismo rural es la única posibilidad de reconversión de estos pueblos ?

-La recuperación de un pueblo depende de que tenga una alternativa de economía sustentable. El turismo es importante no sólo como una manera de ingresar recursos sino como intercambio humano y como rescate. Es importante que los pueblos pongan en valor esta historia. También tratamos de estimular los contactos y las conexiones entre los pueblos. Y hay otra cosa que nos preocupa remarcar desde Responde: los pueblos tienen que acceder a la modernidad. A veces los más grandes se quejan porque los chicos se van. Y el mundo de hoy es muy tentador para la gente joven. Viajar es más fácil hoy y es inevitable que salgan a curiosear y a aprender. Lo que es importante es que tengan un lugar para volver, que exista y sea moderno en términos de conectividad. Ahora estamos implementando la red virtual de los pueblos que desaparecen, para que intercambien iniciativas y experiencias. En algunos casos eso implica llevar la computadora a un pueblo que no la tenía. Eso abre las puertas, a su vez, a que haya chicos que puedan estudiar a distancia y no tengan que emigrar.

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