El FMI revisa cuentas cara a cara con Lavagna

El gobierno pedirá waivers por los contratos con las privatizadas, coparticipación y reforma de la banca pública

El ministro de Economía, Roberto Lavagna tendrá una reunión hoy con los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) para tratar de lograr la aprobación de la tercera revisión de las metas del acuerdo firmado en septiembre pasado en Dubai, en medio de las negociaciones con los acreedores privados, un proceso que es seguido de cerca por el organismo multilateral de crédito.

Lavagna, quien pasó el fin de semana largo en Cariló, recibirá hoy a los representantes del FMI; el encargado del caso argentino, John Dodsworth y el director del Hemisferio Occidental del organismo, John Thornton; con la buena noticia de que el superávit fiscal de mayo fue de 3.500 millones de pesos, una marca récord.

Esto permite al gobierno acumular en lo que va del año un ahorro fiscal primario, sin el pago de los vencimientos de la deuda, de unos 9.100 millones de pesos, cuando para todo 2004 se preveían 10.500 millones. Adicionalmente, se espera que la recaudación de junio también alcance un monto significativo, cercano a los 10.000 millones, lo que completaría finalmente en el primer semestre el superávit acordado con el organismo para todo el año.

Sin embargo, junto a esta buena noticia Lavagna tendrá que pedir al FMI varias "dispensas", waivers, por no haber alcanzado otras metas.

Los tres waivers previstos son por la demora en el tratamiento de la ley de coparticipación federal, por los atrasos en la selección de las consultoras que analizarán la situación de los bancos Nación y Provincia y por el incumplimiento en la renegociación de los contratos con las privatizadas.

Pero por sobre el incumplimiento de estos temas, algunos de ellos considerados prioritarios por el Fondo, queda la incertidumbre dentro del Palacio de Hacienda sobre cuál será la posición definitiva que adoptará el organismo en el proceso de renegociación de la deuda.

Durante los últimos 15 días, tanto el director gerente del organismo, Rodrigo Rato, como la vicedirectora, Anne Krueger, han hablado del tema ofreciendo posiciones que, cuando se habla de la renegociación de 104.000 millones de dólares, muestran divergencias importantes.

Así Rato consideró "esencial" que la Argentina alcance un acuerdo "con todos" los acreedores privados, pero también detalló que el organismo que preside "no interviene" en las negociaciones entre el gobierno y los privados.

Más directa y fiel a su estilo resultó Krueger, quien advirtió que la Argentina no conseguirá inversiones si no logra un acuerdo con los acreedores privados.

En Economía ya están acostumbrados a la dureza de la vicedirectora y salieron a contestar con cifras: la tasa de inversión se encuentra en torno al 18 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), el nivel más alto junto con el récord de 1995.

Además, el ministro de Economía insistió en que la Argentina no necesita de "esas inversiones" que pulularon durante los •90 en alusión a los capitales especulativos de corto plazo.

Por eso, la propuesta de renegociación de la deuda con los acreedores privados prevé que la Argentina no saldrá a pedir dinero en el mercado financiero internacional hasta dentro de cinco años.

De todos modos, las advertencias del Fondo son tomadas en cuenta tanto por el ministro y por el principal negociador de la deuda, Guillermo Nielsen, quienes mañana intentarán convencer a Dodsworth y Thornton que los numerosos rechazos obtenidos por la propuesta en la última semana no son más que "parte de la negociación".

"Nadie dice que sí de entrada a una propuesta en la que le ofrecen pagar 25 de cada 100 dólares que puso", admiten en las oficinas de Nielsen.

Lavagna se verá hoy con funcionarios del FMI.