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 martes, 22 de junio de 2004

En el Parque Nacional a la Bandera ayer siguió la fiesta
Unas 30 mil personas visitaron los cuatro buques de la Armada
Anclaron frente al Monumento y fueron la gran atracción de grandes y chicos durante el fin de semana largo

Isolda Baraldi / La Capital

El Parque Nacional a la Bandera ofreció este fin de semana largo un atractivo extra: cuatro buques de la Armada Argentina a los que se pudo visitar gratis y entre el sábado y ayer congregaron a unas 30 mil personas. Sin actos oficiales, sin desfile militar ni la presencia de la enseña más grande del mundo pero con mucho sol, la fiesta siguió ayer a metros del Monumento y una multitud disfrutó el feriado. Además, el buen tiempo permitió la revancha de gozar del día al aire libre.

"Uy, mirá los cañones, yo quiero ver cómo tiran", dijo entusiasmado Guillermo, de 8 años, mientras subía a uno de los viejos patrulleros de la Armada.

Dos barcos multipropósitos y dos patrulleros estuvieron apostados frente al Monumento. Las embarcaciones llegaron con aspirantes, además del personal de la fuerza, para la jura de la Bandera que se hizo anteayer a la mañana.

Los barcos multipropósitos son relativamente pequeños y realizan tareas de asistencia a la comunidad. Por ejemplo, en las inundaciones del año pasado en la ciudad de Santa Fe, trasladaron comida y medicamentos y durante 40 días brindaron atención sanitaria.

Mientras que los patrulleros (fabricados en Argentina en 1945), hacen tareas casi exclusivamente de instrucción para los alumnos de las escuelas y de los liceos navales. Ayer, en cada una de las escalerillas de acceso, miles de personas hicieron cola para visitarlos.

Entre el sábado y ayer, las fuentes de la Armada consultadas confirmaron que "unas 30 mil personas" subieron a bordo de los cuatro buques para conocerlos de cerca. Los barcos partirán hoy hacia Buenos Aires.

"La verdad es que nunca habíamos subido a ningún barco y nos gustó conocer uno tan grande por dentro", afirmó Rosa, con sus tres hijos y su marido a la salida de uno de los patrulleros.

El atractivo del Paraná además convocó a cientos de personas que aprovecharon la tarde para pescar y se la pasaron entre cañas y carnadas. Otros eligieron pasear con el barco Ciudad de Rosario que hizo sus dos recorridos completos y no fueron pocos los que se quedaron con las ganas de navegar. Ya a las 16.30, prácticamente no había lugar para viajar.

Los artesanos del bajo también estuvieron de parabienes y fueron visitados por una multitud, en las inmediaciones de la Fluvial. También los vendedores informales instalaron sus puestos -algo más precarios- sobre mantas en el piso o en simples cajones donde se ofrecieron desde gorros, saumerios o mates artesanales.

Claro que la fiesta del 20 de Junio dejó también suciedad y basura. Entonces, entre los transeúntes y los que gozaron del feriado, estuvieron también los empleados de las empresas de limpieza juntando envases vacíos y otros desechos desperdigados a lo largo y ancho del parque.


Lástima que no fue ayer
No fueron pocas las personas que aprovecharon también el enorme palco vacío que este año tuvo la ausencia insoslayable del presidente de la Nación Néstor Kirchner. "Qué lástima que el día no estuvo así ayer", dijo Norma, sentada junto a su marido en una de las gradas. Ella contó que el domingo acudió al predio desde temprano pero que sin la presencia del presidente y el mal tiempo la jornada no fue la esperada. "Qué le vamos a hacer, capaz que el año que viene está mejor", pronosticó la mujer.

Mientras tanto, los chicos iban y venían correteando por el Monumento y el pasaje Juramento se convirtió en un amable sala de estar de cientos de familias. Mate, café, gaseosas, galletitas y facturas se consumían como merienda bajo la mirada pétrea de las esculturas de Lola Mora.

Tampoco faltaron los vendedores de praliné, pororó, panchos, empanadas turcas y barriletes con distintos formatos, que hicieron su agosto. El atardecer trajo el frío y cuando se ocultaba el sol la gente emprendió el regreso y la peatonal se transformó en una de las arterias atestadas de familias que cansadas regresaban a sus hogares.

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La fiesta siguió ayer a metros del Monumento.

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