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 domingo, 20 de junio de 2004

El jefe del organismo dijo que se recuperó la política aduanera
José Sbatella: "En esta gestión de la Aduana ya no se toleran ciertas cosas"
El funcionario confirmó desplazamientos del personal y denuncias contra grandes firmas. Cerealeras en la mira

Alvaro Torriglia / La Capital

El titular de la Aduana, José Sbatella, aseguró que en un año de gestión al frente del organismo "se logró dar señales claras de que hay cosas que no se toleran, ni dentro de la institución ni hacia los operadores". Precisamente, el funcionario estuvo esta semana en Rosario, en el marco de una serie de reuniones que viene manteniendo con los trabajadores para aplacar la inquietud debido a recientes desplazamientos de agentes aduaneros en distintos puntos del país. La razón, explicó, es que hubo casos en los que "se apeló al despido sin causa porque a pesar de estar procesados la Justicia los repuso en su lugar de trabajo merced a recursos de amparos". En diálogo con La Capital, Sbatella explicó que el organismo debe ser refundado luego de que en la década del 90 "se considerara que no tenía razón de existir" y relató las investigaciones que están haciendo sobre grandes empresas. Anticipó que en el segundo paquete antievasión está contemplado un mecanismo que elevará en los hechos las retenciones para los combustibles. Respecto de las exportaciones de granos, confirmó la suba de los derechos de exportación para la soja desactivada y aseguró que investiga "diferencias" surgidas de los recientes operativos de la Aduana y la Afip en la región.

¿Qué cambió en la Aduana en un año de gestión?

-Al asumir, el presidente tomó la decisión de fortalecer el Estado en organismos críticos, entre ellos la Aduana. En un año que llevamos de gestión logramos transmitir señales de que hay cosas que no toleramos: hacia los grandes operadores y hacia adentro del organismo. En este punto, lo primero que hicimos fue desplazar a los jefes históricos ya que consideramos que las responsabilidades son directamente proporcionales a la jerarquía. Y si hubo aduana paralela, un presidente hizo contrabando de armas, y el organismo quedó reducido a la nada, lo menos que hizo esta gente fue mirar para otro lado. Acabamos de desplazar a dos jefes en Formosa luego de la denuncia por asociación ilícita que hicimos el año pasado por un caso de subfacturación muy grande de productos electrónicos, y al responsable de controlar en el caso de presunto contrabando de combustible que involucró a la empresa Esso en Campana. El tema es que el sistema recursivo de la legislación torna casi imposible desplazar a personal procesado en la Aduana. De hecho, en el caso de Formosa fueron repuestos en sus cargos a través de un recurso de amparo, por lo que tuvimos que apelar al desplazamiento y el despido sin causa. Creemos que ahí hay gato encerrado y tiene que ver con el deterioro de la Justicia, pero por lo menos desde la gestión queremos dar señales claras de que hay cosas que no toleramos.

-¿En qué casos están trabajando?

-Además del de Formosa, estamos con el caso Esso en Campana, que para nosotros es ejemplar. Muchos tributaristas y formadores de opinión económica tienden a decir que las grandes empresas no son capaces de estas cosas. Nosotros no tenemos ese prejuicio y, de hecho, las investigaciones que iniciamos nos marcan que no está todo bien. En este caso, a raíz de un cruce de información con Prefectura, saltó un faltante de 15 mil toneladas de petróleo a procesar en Campana por Esso. Ese faltante no se puede justificar. Quiere decir que ingresó, se elaboró y tiene dos destinos posibles: o se vendió al mercado interno, con lo cual se evadieron impuestos, o se reexportó, con lo cual el delito es contrabando. Ya están procesados aduaneros, el despachante, los transportistas y el ingeniero de la Esso que comandó la operación. También suspendimos a grandes empresas importadoras por contrabando de celulares. El año pasado hicimos 60 allanamientos y se secuestraron 160 mil celulares. Otro tema es el delito de frontera. No lo vamos a poder eliminar pero sí podemos elevar el riesgo de realizar esas operaciones.

-¿Antes el riesgo era bajo?

-En los 90 se pensaba que venía un mundo sin fronteras, entonces el país se quedó sin moneda y sin aduana. Ese mundo no llegó nunca y se produjo el desastre. Lo que tenemos por delante, entonces, es una fuerte reconversión. Un organismo de estos no puede no tener laboratorios, medidores de ductos, policía aduanera. Se destruyeron, por ejemplo, las brigadas de fondeo para medir el peso de los barcos. Y en la actual coyuntura, el mundo va al revés de ese proceso. Hoy la Aduana de Estados Unidos está militarizada. Nosotros aspiramos a una aduana que lidere la política de frontera e incluso coordine a las otras fuerzas.

-¿Sirvieron los paquetes antievasión?

-Sirvieron. Ahora estamos esperando el segundo. Lo más importante tiene que ver con una cuestión técnica. Cambiamos la famosa estampilla verde de importación por una estampilla con código de barra identificable con lectores como los que tienen los súper. Esto permite conocer la trazabilidad de los productos importados. Lo vamos a aplicar en la electrónica, la bicicleta y estamos trabajando con los textiles. Otros puntos importantes son: la posibilidad de decomisar mercadería falsificada y la suba del monto de contrabando menor a cien mil pesos. Esto es importante para que la Justicia se pueda dedicar a las causas más grandes. También hay modificaciones que apuntan a la valuación de productos en frontera. En el caso del gas y el petróleo, la valuación se hace actualmente en boca de pozo. Pero estos productos son más caros cuando llegan a la frontera. Este cambio nos va a generar, además de conflictos, más recursos por retenciones.

-En la anterior gestión de la Aduana hubo una denuncia por subfacturación contra las cerealeras. ¿En qué quedó eso?

-Ese tema derivó en los cambios legislativos del anterior paquete antievasión. Está para reglamentar la valuación de los cereales según el momento de embarque. Recientemente hicimos un operativo en las exportadoras, posterior al operativo que hizo la Afip en esta zona, en toda la cadena de valor. Estamos haciendo la conciliación de lo que salió en las dos inspecciones y vemos que en principio hay diferencias. Por otro lado, sacamos una resolución que fija en 20% las retenciones para la exportación de soja desactivada. Nos decían que como tenía un proceso de elaboración tenían que pagar 5%. Hicimos las consultas a la Organización Mundial de Aduanas, para ver si se podía diferenciar de la otra, y nos dijeron que no.

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José Sbatella dijoque en los años 90 no hubo política aduanera en el país.

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