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 sábado, 19 de junio de 2004

Rubén Arrascaeta: "Hay que pensar en un segundo polo oleaginoso"

El complejo agroindustrial instalado en el cordón del Gran Rosario, uno de los pocos clusters competitivos que tiene la Argentina de cara al mercado internacional, entró en el último tiempo en el foco de una discusión que involucra temas ambientales, de ordenamiento urbano y de infraestructura. En medio del debate, que involucra a veces posiciones extremas, distintos son los proyectos que se están evaluando para ordenar y contener el crecimiento productivo que experimenta el sector oleaginoso, desde el campo a la industria, de modo de mantener a la región como capital de la soja pero sin perecer en el intento. Como aporte al debate, Rubén Arrascaeta, un especialista de larga trayectoria en la actividad granaria y portuaria, propone pensar en el desarrollo de un segundo polo oleaginoso en Santa Fe.

-¿Cómo se puede alentar el crecimiento del complejo agroindustrial instalado en el sur de Santa Fe sin entrar en conflicto con las demandas de la población en materia de medio ambiente y ordenamiento urbano?

-Hay que destacar que más del 75% de las exportaciones de granos, pellets y oleaginosos del país se realizan por los puertos del Gran Rosario, incluidas 70 mil toneladas por día que molturan las fábricas oleaginosas localizadas en antepuertos y puertos. Y se pretende llegar con las nuevas inversiones a 130 mil toneladas, o sea 40 millones toneladas de molienda por año. Si bien se exportó por una importante suma de 8 mil millones de dólares el año pasado, este crecimiento logrado en el libre arbitrio, trae aparejado, como toda elevada concentración, sus problemas. Los flujos de mercaderías en épocas de cosechas son inmanejables, en procedencia no se cuenta con instalaciones adecuadas para enviar el grano en condiciones de ingresar a las zonas de exportación seco y limpio y un porcentaje muy importante se envía directo de chacra a la terminal en camiones, lo cual trae aparejadas grandes congestiones, bloqueándose la AO12, la autopista y los accesos interiores.

-¿Cómo se puede resolver esto?

-Si se quiere resolver el problema, hay que pensar en un tercer eje antes del camino de cintura y sumar nuevos ingresos a los puertos del Gran Rosario, con playas que den servicios a los camioneros. El circunvalar ferroviario no resolverá los problemas de transporte. Si bien el ingreso por afuera puede ser menos peligroso, no modifica la infraestructura ferroviaria, que desde la privatización cuenta con menos estaciones para levantar cargas.

-¿El polo oleaginoso tiene espacio para crecer sin conflictos con la población que habita en las ciudades?

-Para seguir creciendo es necesario pensar en un segundo polo oleaginoso. Y si independizáramos las rutas de ingreso, Timbúes podría ser el lugar adecuado, aunque el puerto de Santa Fe tiene su propia infraestructura de rutas y vías férreas.

-¿Habla de un polo oleaginoso en la ciudad de Santa Fe?

-La inversión estimada en el puerto de Santa Fe se justifica en la medida que disponga de calados iguales al Gran Rosario, además de crear zonas francas para los países del norte de la hidrovía.

-Más allá del despliegue geográfico, está el tema del medio ambiente y la seguridad

-Cuando la industria aceitera fue radicada pocos discutían el impacto ambiental ni la seguridad. Muchas viviendas se construyeron cerca de las fábricas y no hubo impedimento por parte de las autoridades comunales. Ahora el tema requiere un tratamiento integral.

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