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 domingo, 23 de mayo de 2004

Espera. Un hogar de ancianos depende de la justicia para acceder a una propiedad dada en un testamento
Investigan la venta de una casa que ya había sido donada por su dueña
La mujer había cedido la vivienda en 1994, pero con una maniobra posterior habría sido engañada

Marcelo Abram / La Capital

San Lorenzo. - El Hogar de Ancianos Los Abuelos de esta ciudad sigue esperando la resolución de la Justicia para poder acceder a una propiedad que en su momento le fue otorgada por un testamento, pero que por una maniobra -que es investigada- los inmuebles aparecieron a nombre de otras personas. Si bien la víctima de esta situación parece ser la institución, la verdadera damnificada fue Ramona Alvarez Domínguez, una mujer analfabeta, con profundos trastornos auditivos, quien junto a su esposo en 1994 suscribió un testamento en favor del hogar. El matrimonio -ya fallecido- habría sido víctima de un engaño, ya que sus propiedades hoy figuran a nombre de otros titulares, luego de una supuesta venta que actualmente está cuestionada ante la Justicia.

Por estos hechos hoy en el Juzgado de Primera Instancia Civil, Comercial y Laboral de la 1ª Nominación, a cargo de la doctora Lucía Aseff, se tramita el expediente caratulado "Alvarez Domínguez Ramona contra Paulone Juan Carlos y otros", en el que se planteó la nulidad del acto de venta de la propiedad. Esta causa comenzó a instruirse en 1998, además también existe otra causa penal que a instancias de la Fiscalía lleva el Juzgado de Instrucción a cargo de Eduardo Fillocco en la que se investiga la posible comisión de los delitos de estafa y falsificación de instrumento público.

Mientras en la instancia civil está prácticamente terminada la etapa de producción de prueba, en el ámbito penal dos personas están imputadas y fueron citadas a prestar declaración indagatoria, junto a un abogado que hace días declaró por haber firmado a ruego la escritura, ya que Ramona era analfabeta.

Pero lo más sustancioso de estas causas es la historia que hay detrás de una mujer que, según sus allegados, pasó los últimos momentos de su vida entre sollozos pregonando a quien quisiera escucharla cómo sus vecinos le habían sacado sus propiedades. Ramona vivió casi toda su vida junto a su marido Antonio Trivisonno en una casa de Riccheri al 300, frente al Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo. El matrimonio no tenía hijos y según se desprende en el expediente civil la decisión de nombrar como heredero al hogar de ancianos fue avalada por sus parientes, quienes ante escribano público firmaron como testigos del acto de declaración de testamento.


Ingreso familiar
El único ingreso de la familia era el alquiler de las propiedades que poseían sobre calle Riccheri: "El sueño de ellos fue siempre que en esta propiedad se hiciera un hogar de ancianos con todas las comodidades, y que los abuelos tengan a mano el hospital", dijo una sobrina de Ramona. Alvarez enviudó en 1996 y por sugerencia del titular de la inmobiliaria que administraba sus propiedades nombró como apoderados a sus vecinos e inquilinos, Juan Paulone, y su esposa Estela Vachieri, hoy imputados en la causa penal.

La vida de la mujer era tranquila hasta que por motivos de una tramitación común se requirió un impuesto inmobiliario, que llegó a nombre del hoy demandado Paulone. Entonces Ramona decidió asesorarse legalmente para saber de qué se trataba el asunto, y es allí donde se tomó conocimiento de la existencia de una escritura pública en la que apareció la impresión digital de la mujer, avalando la venta de sus propiedades -que componen casi un cuarto de manzana- en $52.000, y los compradores resultaron ser Paulone y su esposa.

Según sus allegados, Ramona juró y rejuró hasta el final de sus días que jamás recibió un centavo. Según declaró en el expediente Vachieri, para llegar a esa cifra el matrimonio vendió la llave de un quiosco que poseía en una propiedad que le alquilaban a la damnificada en $ 30.000, también vendió una camioneta Peugeot en $ 12.000, y $ 10.000 tenía la pareja. La escritura se hizo a fines de 1996, y al celebrarse el acto no se produjo la entrega del dinero que supuestamente habría sido pagado antes.


Demanda civil
Con el patrocinio de los abogados Rita Porteiro y Dante Basano comenzó la demanda civil para declarar la nulidad del acto de venta de las propiedades de Alvarez. "En 1998 se presentó en mi estudio una señora que cuidaba a una anciana pidiéndome que me ocupara del caso de la venta de una propiedad", aseguró Porteiro, y agregó: "Como mi estudio está en una planta alta, y la mujer no podía subir las escaleras, fui a entrevistarla. Fue así como conocí a Ramona, quien no dejaba de llorar diciendo que le habían sacado todo". El relato de la mujer conmovió a la abogada que afirmó: "La historia que me contó fue indignante, esta causa me llegó de tal forma que pese a que Ramona falleció sigo insistiendo para que se haga justicia, porque le prometí que aunque ella no estuviera yo iba a seguir luchando para que todo esto se aclare".

Según los dichos de la abogada, Alvarez había sido llevada mediante un engaño a la escribanía donde se hizo la escritura de la venta: "Ramona me contó que su vecina la subió en un auto prácticamente a empujones, primero le dijo que iban a pasear y después que tenía que firmar un documento para hacer un trámite sin importancia, y que en ese lugar le colocaron el dedo sobre un papel".

Ramona padecía una hipoacusia bilateral severa, hecho que está debidamente certificado en el expediente de la causa civil: "Como era sorda no sabía lo que pasó en la escribanía donde se confeccionó la escritura que hoy cuestionamos", aclaró Porteiro, y agregó: "La maniobra estaba perversamente orquestada ya que permitía que Ramona siguiera usufructuando el alquiler de sus propiedades, además de seguir viviendo allí, de manera que de no ser alertados por la inmobiliaria acerca del cambio de titular en los impuestos, nada de esto se hubiese conocido hasta luego de producirse la muerte de Ramona".

En el marco de la causa penal el Hogar de Ancianos Los Abuelos, con la representación de Ricardo Leiva, se constituiría en días como actor civil, intentando hacer valer el testamento que Alvarez y Trivisonno hicieron en 1994. El hogar es de la provincia franciscana de San Miguel, que se encarga de dar asilo a abuelos que no tienen dónde vivir, y tampoco poseen parientes que se ocupen de ellos.

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Las propiedades de Ricchieri al 300 ocupan casi un cuarto de manzana. A la izquierda, el quiosco que alquilaba Ramona.

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