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 domingo, 23 de mayo de 2004

Hilado artesanal

Cronológicamente los primeros pasos en el dominio de la fibra vegetal en el Perú aparecen en Cueva del Guitarrero, donde ya existía la hábil manipulación de sogas y cestos. En este lugar de la sierra norte del Perú comienza la tradición más lejana que recorrerá el camino del tejido.

A partir de la primera hebra hilada se fueron dejando de lado las fibras vegetales y animales sin hilar como los tientos, hasta llegar a una habilidad hilandera que será el fundamento, a veces olvidado, de la excelencia del tejido precolombino.

Los más antiguos de Argentina datan de más de 4.000 años y corresponden a los hallazgos realizados en la cordillera de la provincia de San Juan.

Desde la época incaica el hilado es realizado tanto por hombres como por mujeres. El hombre hila cuando va caminando por las sierras o al seguir a su rebaño; la mujer lo realiza en su casa o al caminar llevando su "guagua".

Las materias primas necesarias para el hilado se obtienen de los camélidos andinos (animales americanos): llama, vicuña, guanaco, alpaca o de animales introducidos por los españoles: cabra, oveja y también ciertos vegetales como el algodón. Las comunidades Wichi hilan la fibra del caraguatá o chaguar para tejer sus maravillosos bolsos (yicas).

En el proceso de hilado antes de lavar la lana se estira la fibra, y finalmente se realiza la torsión. Torcer es el hecho más importante en el hilado y según el tipo de torsión, el hilo se vuelve más flexible, más resistente, más fino o más grueso, de mejor o menor calidad.

Los hilados se realizan de dos modos: en S (torsión a la izquierda) y en Z (torsión a la derecha).

Los de América del Sur pueden clasificarse en dos grupos:

u Hilar con apoyo: la hilandera está sentada en el suelo, se apoya el huso en el dedo gordo del pie entre dos piedras en un recipiente o sobre el muslo.

u Hilar sin apoyo: la fibra al ser hilada gira en el aire sin apoyo.

Con la conquista española se introdujo el torno de hilar que puede ser a pedal o hidráulico, lo que comúnmente conocemos con el nombre de rueca de hilar.

El arqueólogo J. Rowe señaló hace tiempo que entre los incas las hebras eran usualmente hiladas en el sentido de las agujas del reloj, excepto en los tejidos confeccionados para hechicería.

Una de las tradiciones que existe en los Andes es la de hilar hacia la izquierda llamada llq'e (hilo mágico).

Según algunos estudios antropológicos realizados en el Cuzco sobre creencias que siguen aún hoy vigentes, el hilado hacia la izquierda tiene diferentes significados: es aceptado que el hilo lloq'e protege contra los vientos y que las personas enfermas con mal de ojo lo usan alrededor de la muñeca o tobillos para su protección o curación. Se dice también que es bueno para el éxito en los romances, siendo una parte importante en muchos atados mágicos para incrementar el amor de un amado indiferente.

En la sala de exposiciones del Viejo Mercado (bulevar Avellaneda 550 bis) se está desarrollando una muestra donde se puede experimentar el proceso de hilado en huso prehispánico y en rueca de hilar, desde el vellón de la oveja recién esquilada, a su posterior hilado y teñido con pigmentos de la tierra.

La muestra puede visitarse de lunes a viernes de 16 a 19, sábados y domingos de 15 a 19, con visitas guiadas y actividades de taller. En la fecha, a las 16, habrá un taller práctico de hilado artesanal con la rueca de hilar.

La muestra puede visitarse hasta el 15 del mes entrante, con entrada libre y gratuita. Para informes llamar al 4252684 ó 4353314, o por mail a [email protected].

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