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 viernes, 30 de abril de 2004

Los inundados reclamaron justicia en multitudinario acto de protesta
En un crítico documento pidieron la disolución del Ente de la Reconstrucción y una indemnización integral

Marcelo Carné / La Capital

Santa Fe.- Al grito de "justicia, justicia" y demandando que "que se vayan todos", en una conmovedora demostración cívica que desbordó la Plaza de Mayo, una multitud se congregó anoche frente a la Casa Gris para recordar el primer aniversario de la inundación.

La concentración -que los organizadores estimaron en más de 10 mil concurrentes- fue el corolario de una jornada de actos recordatorios del trágico 29 de abril de 2003 que se inició desde temprano en las calles y en los medios de comunicación.

Al caer la tarde, todos los caminos condujeron a miles de personas al corazón de esta capital. Gruesas columnas que provenían de los cordones norte y oeste confluyeron con banderas y pancartas hacia la Plaza de Mayo, ayer convertida en tribuna de protesta.

El masivo acto central se inició pasadas las 18 con el Himno Nacional y la lectura de la nómina de muertos frente a una sede gubernamental férreamente vallada y acordonada por la policía, donde cuatro damnificados dieron lectura a un crítico documento.

Contrastando con la ausencia de funcionarios, se notó en la plaza la presencia del arzobispo José María Arancedo, así como de legisladores de la oposición, dirigentes gremiales y de entidades de derechos humanos, entre ellas las Madres de Plaza de Mayo.

El acto tuvo una impresionante cobertura periodística, con móviles de todos los canales y radios nacionales. Esto motivó un comentario de un funcionario provincial que no ocultó ayer su indignación por la cobertura televisiva de algunos canales porteños de la marcha de inundados. "Es sintomático que el canal que más le pega a Reutemann y hace la apología de Kirchner haya incurrido en flagrantes inexactitudes y una cobertura llamativamente agresiva contra el gobierno santafesino", comentó por lo bajo un conspicuo funcionario de Obeid que siguió el acto por televisión.


Fuertes demandas
La declaración titulada "A un año de aquel 29 de abril de 2003. No olvidamos", demandó la derogación por inconstitucional de la ley 12.183 de reparación a inundados propiciada por el gobierno provincial, la disolución del Ente de la Reconstrucción y la sanción de una ley de indemnización integral.

Además del apoyo a denuncias penales presentadas contra ex funcionarios a quienes se atribuyen responsabilidad en la inundación, el documento reclamó la "condena social contra los responsables directos de la tragedia de la inundación".

La multitud coreó gruesos epítetos contra el ex gobernador Carlos Reutemann y el actual mandatario Jorge Obeid, y acusó de asesinos al ex intendente Marcelo Alvarez y el actual titular municipal, Martín Balbarrey.

Los inundados anunciaron la intención de "iniciar nuevas denuncias para que se investiguen los hechos posteriores a la inundación, como el desvío de donaciones, atención en centros de evacuados, manejo y sobreprecio de la asistencia y secuelas" físicas y psicológicas entre los afectados.

También reclamaron que "los responsables políticos queden inhabilitados de por vida para ejercer cargos públicos" y exigieron que se concursen los puestos técnicos. Al mismo tiempo demandan que los colegios profesionales inhabiliten a los especialistas negligentes en esas tareas por mala praxis".

Finalmente, incluyeron "la finalización de las obras de defensa e información pública del monitoreo del estado de los ríos".

El durísimo documento definió a la inundación como "una catástrofe política y social" y sostiene que "las políticas de Estado pusieron todo su esfuerzo en ocultar, negar, manipular y negociar, nada más ni nada menos que nuestras vidas".

"Hoy estamos llenos de cicatrices que no pueden cerrarse, se abren cada vez más porque el agua sólo fue el comienzo de la pesadilla", expresa uno de los pasajes.

Al concluir su lectura, los organizadores pidieron a la concurrencia que se desconcentrara en absoluto orden "porque el éxito del acto ya está garantizado". El mandato fue acatado por el grueso de la concurrencia, aunque otro grupo permanecía al grito de "dónde están los que gobiernan Santa Fe", en alusión a la Casa Gris despoblada de funcionarios.

Un imprevisto breve corte de luz estuvo a punto de exasperar los ánimos de algunos que comenzaron a arrojar proyectiles contra la sede gubernamental sobre la humanidad de los pocos efectivos policiales ubicados allí.

Ante la reticencia de un pequeño grupo a retirarse, los organizadores formaron un cordón humano para proteger de los proyectiles a la policía, por lo que el acto, más allá de esas escaramuzas, culminó en paz.

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Quienes todo lo perdieron no dejan de peticionar justicia a las autoridades de la Casa Gris.

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