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 viernes, 30 de abril de 2004

Reflexiones
Tiempo de reforma

José Alberto Maccerola (*)

El debate sobre la necesidad de reformar la Constitución de nuestra provincia se ha abierto. Hoy son numerosos los síntomas que demuestran que en Santa Fe estamos viviendo un período preconstituyente. El gobernador confirmó su vocación reformista ya adelantada en la campaña electoral enviando a la Legislatura el mensaje que declara la necesidad de la reforma. Los distintos partidos de la oposición se han pronunciado públicamente a favor y en algunos casos tienen presentados proyectos de ley en el mismo sentido. Pero lo más importante es que se vive un estado de deliberación pública que difícilmente pueda ser ignorado.

A mi juicio, esta vez sí vamos hacia una Constituyente que nos permita, después de más de cuarenta años, poner nuestra Carta Magna en sintonía no sólo con la Constitución nacional de 1994, sino con los nuevos tiempos. Contamos con algunas ventajas: durante los últimos años numerosas cuestiones han sido objeto de debates políticos y académicos y en muchas de ellas se ha arribado a un consenso mayoritario, y existen innumerables pronunciamientos públicos que permiten pensar que no habrá mayores inconvenientes a la hora de su incorporación al texto constitucional. Entre los temas sobre los que habría acuerdo pueden mencionarse como más importantes: la prolongación del mandato de los presidentes comunales, la ampliación del período ordinario de sesiones de la Legislatura provincial, otorgarle rango constitucional al Consejo de la Magistratura y a la Defensoría del Pueblo, la creación de la Fiscalía de Investigaciones, incorporar a la Constitución la normativa referida a la protección del medio ambiente, de los derechos humanos y derechos del consumidor, redefinir las funciones del Ministerio Público y la competencia específica de la Corte Suprema.

Este enunciado representa sólo algunos de los numerosos temas sobre los que seguramente habrá acuerdo, a los cuales deberán sumarse todas aquellas cuestiones terminológicas y de forma de las que en algunos casos el paso del tiempo y en otros la aplicación específica han demostrado como necesaria su modificación. Pero cuidado, reformar la Constitución es mucho más que incorporar en ella cuestiones formales o de simple actualización. La Constituyente nos posibilitará como sociedad discutir los lineamientos institucionales, políticos, económicos y sociales que nos habrán de regir en las próximas décadas. Por eso soy de la opinión de que tomemos esta oportunidad en nuestras manos, exigiendo que cada uno de los sectores se pronuncien con la claridad que el tamaño de la empresa requiere, respecto de los temas de fondo que van a determinar el comportamiento institucional de la provincia en el futuro. No decimos nada nuevo si recordamos que la Constitución es la Ley Fundamental y es en ella donde, en las democracias modernas, los pueblos plasman sus principios, valores y expectativas como sociedad en un momento histórico. Es por ello que los santafesinos debemos estar muy atentos y prepararnos para un debate que supere aquellas cuestiones que ocupan titulares en los diarios, pero que de ninguna manera agotan el temario que los futuros constituyentes deberían tener a su cargo.

Sería muy importante alcanzar un alto nivel de consenso que permita que quienes resulten electos constituyentes cuenten con mandato expreso para abordar todo lo relativo a la reforma del Estado en sus tres poderes, a la regionalización, a la asignación racional del gasto público, a la descentralización administrativa, al perfil productivo, a la participación ciudadana, a la postergada reforma política, al sistema electoral, a la reelección y a la autonomía municipal.

Sabemos que en materia electoral hemos iniciado un proceso que esperamos culmine con el remplazo de la actual ley de lemas.

El nuevo régimen que surja debe estar contenido en una ley y no en el texto constitucional ya que eso lo convierte en excesivamente rígido, pero sí sería aconsejable que en el futuro la Constitución exija una mayoría especial para cualquier modificación o reemplazo del sistema electoral.

La reelección del gobernador es sin dudas uno de los temas polémicos y fue durante todos estos años el principal obstáculo a la reforma. Hoy la discusión parecería estar saldada a partir de las declaraciones del actual gobernador, que manifestó su voluntad de autoexcluirse de ese beneficio. Así las cosas, creo que en este punto se puede avanzar rápidamente adoptando el criterio de la Constitución nacional, que hoy es el más aceptado. En esta materia habrá también que discutir si se pone algún límite a la reelección por tiempo indefinido de la cual gozan los intendentes y legisladores de la provincia.

Respecto de la autonomía municipal sin dudas debe estar contemplada en el nuevo texto, dándole así rango constitucional como lo prescribe el artículo 123 de la Constitución nacional, y como ese mismo artículo señala "reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero", es decir autonomía plena, garantizando los recursos que permitan un real ejercicio de los derechos conferidos.

Es cierto que las urgencias de la hora pasan por encontrar respuestas para los millones de argentinos que sufren un presente indigno y que no están en condiciones de esperar a que el futuro les traiga las soluciones, pero también es cierto que alguna vez debemos pensar para los próximos cincuenta años y la realidad histórica demuestra que sólo aquellos pueblos que han construido instituciones sólidas y perdurables han logrado el bienestar, y que éste sea duradero.

(*)Abogado, ex subsecretario parlamentario de la Cámara de Diputados de Santa Fe

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