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 domingo, 25 de abril de 2004

Preocupado por la inflación
Adolfo Sturzenegger: "En el 2004 el crecimiento del país va a ser mayor al 9%"
El economista sostiene que el gobierno debe eliminar los impuestos distorsivos y no aumentar el gasto público

Patricia Martino / La Capital

"En el 2004 el crecimiento del país va a ser mayor al 9%", vaticinó Adolfo Sturzenegger, con un tono optimista. El economista planteó que existen tres factores que pueden favorecer al crecimiento de la Argentina durante este año pero también sostuvo que hay otros cuatro factores que pueden jugar en contra de la consolidación económica. Aunque a primera vista la cantidad de puntos negativos es mayor que la de positivos, el analista se arriesgó a pronosticar que el 2004 finalizará con un Producto Bruto Interno (PBI) mayor al del año pasado.

Sturzenegger charló con La Capital luego de una conferencia que brindó en la Universidad Austral denominada "Cómo veo la economía argentina". Los temas abordados giraron en torno al superávit fiscal, el acuerdo con los acreedores privados, el intento de aumento del gasto público, la recomposición del sistema financiero y la vuelta del crédito, todo bajo un minucioso análisis comparativo entre el repunte de 2003 y las posibilidades de que 2004 supere las cifras del año pasado.

-¿Cómo afecta al país haber superado las metas de superávit fiscal pactadas con el Fondo Monetario Internacional en el primer trimestre?

-Este superávit indica una mejora en la solvencia de las cuentas públicas muy importante, porque se fijó en casi 4.000 millones (resultado primario) y sólo hubo que pagar intereses por un valor de 1.600 millones aproximadamente, con lo cual quedaron casi 2.400 millones como resultado neto. Afortunadamente el gobierno está usando este excelente resultado financiero para reducir la deuda del Estado con provincias, con el Banco Central, una serie de pagos de la deuda pública y de bonos, no de intereses sino de amortización, y también algunos pagos externos.

-¿Este escenario juega a favor del país?

-El problema es que los políticos argentinos no saben administrar en períodos de abundancia. Aparece esta situación que algunos van a identificar como de abundancia pero eso no es válido. Primero porque se produce en gran parte por la existencia de impuestos distorsivos, cosa que debería resolverse, por lo tanto es una abundancia relativa. Además cuando hay una situación fiscal abultada, en todo país serio se crean fondos de estabilización para poder tener una política fiscal disponible en los momentos de caída de recursos o recesión, por eso ahí también vemos una abundancia relativa. Por último, el Estado tiene muchas deudas. Es una abundancia de liquidez, no de solvencia.

-¿En qué puede desencadenar esta situación de supuesta abundancia?

-Lamentablemente muchos están empezando a interpretar que hay abundancia, que hay un excedente real y ahí se abre un riesgo que tiene que ver con que haya políticas de aumento del gasto relacionadas con esta situación de ingresos excepcionales y eso puede tener un desenlace extremadamente negativo.

-A pesar del superávit fiscal ¿el país no está en condiciones de aumentar el gasto público?

-Si aumento el gasto para usar ese excedente y no he resuelto el problema de los impuestos, de solvencia, ni de los fondos de estabilización, después, cuando entren menos recursos, no voy a poder bajarlo, eso ya lo hemos visto. En cambio, si elimino un impuesto distorsivo, como el impuesto al cheque o las retenciones agrícolas, y el día de mañana estoy escaso de recursos sí tengo la posibilidad de volver a poner el impuesto distorsivo. Sólo deberían haber pequeños aumentos selectivos del gasto.

-¿Contar con una mayor recaudación favorece a que los acreedores privados de la deuda reclamen un aumento en el porcentaje de pago?

-Lamentablemente no logramos hacer el arreglo por la deuda en el 2002, cuando teníamos mejores condiciones para negociar. Sin duda no haber efectuado pagos al exterior nos posiciona en esta situación de superávit y en este escenario tan bueno de la economía. Pero nos está costando caro, porque la recuperación ha sido mayor a lo previsto y no es tan fácil seguir sosteniendo un 3% de superávit fiscal destinado al pago de la deuda. Si se reprodujera la situación del primer trimestre en todo el año tendríamos un superávit de entre un 10 y un 11%. En el arreglo de la deuda debería pagarse lo menos posible, siempre que sea aceptado por un nivel mayor al 60%, éste no parece un mal número de aceptabilidad tiene la característica de que es una mayoría, aunque simple es una mayoría visible.

-¿Qué factores influyen a favor de la consolidación del crecimiento?

-El primer lugar, el concepto que yo llamo crecimiento y confianza, porque la confianza deriva del crecimiento. Si un agente económico encuentra en un país que esa tasa esta creciendo y tiene cierta sustentabilidad confiar es absolutamente lógico. Como el comienzo del 2004 es mucho mejor, en términos de crecimiento respecto al 2003, es un punto que juega en favor de este año y en contra del año pasado. El segundo factor a tener en cuenta es el crédito bancario, que en el 2003 fue cayendo hasta agosto y desde ahí subiendo muy poquito y ahora se está acelerando su crecimiento. El tercer factor tiene que ver con que los efectos expansivos del cambio de precios relativos originados en la devaluación se están amplificando. Ahora se están incorporando, al estilo de India o Irlanda, la exportación de servicios administrativos, por ejemplo los call center, donde grandes empresas internacionales instalan en el país sus servicios de atención telefónica. Esto porque el país combina buen capital humano con salarios en dólares muy bajo. ¡Qué soja ni soja!, esto no tiene límites. Además se están amplificando las exportaciones turísticas, vienen turistas a comprar bienes y servicios. Por eso, en el 2004 el crecimiento del país va a ser mayor al 9%.

-¿Qué perjudicaría el desarrollo del país y atentaría contra un PBI del 9 por ciento?

-Las presiones inflacionarias, por ejemplo, sobre este punto soy un poco más pesimista que el gobierno. La meta que ha puesto Prat Gay en su informe es del rango del 7 a 10%, algo prudente porque tampoco puso un 2% de inflación pero de cualquier manera veo riesgos importantes de que hacia mediados de año sea difícil alcanzar esa meta. Entonces el Central se va a ver obligado a iniciar una política más contractiva que la del 2003, esto significa que se deberán comprar menos dólares para expandir menos base o bien absorber gran cantidad de base con Lebac. Para el segundo semestre creo que existen chances de que haya que hacer colocaciones muy grandes para contraer base y eso puede estar ligado a ir aumentando la tasa de interés, esto en cualquier economía tiene un efecto retractivo y no expansivos. El segundo factor es el tema de la capacidad instalada de la industria. Parece ser que hay capacidad ociosa en todos lados pero no es así, hay sectores con exceso de capacidad y otras que están al límite. La presión ahí va a venir no porque no se vaya a invertir sino porque va a tener un retraso respecto al impacto productivo. La demanda ya está presionando fuerte sobre estos sectores. No van a tener las tasas de crecimiento real y van a trasladar a los precios parte de la presión de la demanda. La crisis energética también juega en contra.

-¿El boom del campo, más específicamente de la soja, puede ayudar?

-No veo nuevos aumentos en el precio de la soja, va a ser un mercado volátil, a un nivel alto de precio histórico pero sin crecimiento significativo. De los 8,7% que creció la economía en el 2003, 2,63% le correspondieron al impacto soja. Además no es positivo el aumento de la tasa internacional. Esto enrarece un poco el ambiente. La salida de capitales, más de 7 mil millones en el 2002, unos 3.400 millones en el 2003 y aunque ahora sigue cayendo el aumento de la tasa de interés internacional puede debilitar la tendencia de crecimiento.

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"El superávit fiscal da abundancia de liquidez".

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